– alcohol
– laca para el cabello
– licores
– desodorantes
– quitamanchas
– diluyentes de pintura
– barniz para muebles
– presencia excesiva de vapor de agua.
Si una de estas sustancias provocara una alarma, ventile la zona en cues-
tión y lleve el sensor a las condiciones normales ventilándolo en la parte
delantera ranurada. Estas sustancias podrían modificar la fiabilidad del
detectór en el corto o largo plazo.
RESTRICCIONES AL USO DEL DETECTOR
– El detector no puede funcionar sin alimentación eléctrica. La alimenta-
ción puede faltar, por ejemplo, debido a un apagón, a un incendio, a la
intervención de un fusible o de un interruptor automático, o bien a
causa de una conexión defectuosa.
– El detector no puede dar la alarma mientras el gas no llegue al ele-
mento sensible. Toda causa que impida o retrase el "contacto" del gas
con dicho elemento, puede impedir o retrasar el disparo de la alarma.
– El detector de gas no puede detectar la presencia de gas en las pare-
des, en el suelo o en el techo si una cantidad significativa de gas no
llega al detector.
– Un detector colocado en planta baja no puede detectar fugas de gas
metano que se produzcan en los pisos superiores.
– Un detector colocado en el primer piso no puede detectar fugas que se
produzcan en la planta baja o en el segundo piso si no llega una canti-
dad significativa de gas al detector.
– Una puerta cerrada impide que el gas llegue a un detector colocado del
otro lado de la puerta.
Por estos motivos, el detector se debe instalar cerca del aparato de gas.
Otras precauciones
– Verificar que todos los ocupantes de la vivienda puedan oír las alarmas
acústicas.
– Es esencial comprobar que el detector escogido convenga para el tipo
de gas utilizado (metano o GPL) y que la posición en que está instala-
do sea correcta. De no ser así, podría detectar la presencia de gas
después de que el límite inferior de explosividad haya sido alcanzado.
Si se utiliza en la vivienda tanto metano como GPL, habrá que instalar
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