Instrucciones de uso
3.7 ASESORAMIENTO A PACIENTES
Como en cualquier operación, el médico debe comentar los riesgos, las ventajas y las alternativas con
la paciente antes de realizar la ablación endometrial. La ablación endometrial puede realizarse cuando
la hemorragia disminuye significativamente la calidad de vida de la paciente y cuando dicha paciente
no desea concebir en el futuro.
Solo debe recurrirse a la ablación cuando el tratamiento de primera línea (por ejemplo,
antiinflamatorios no esteroideos, anticonceptivos orales, tratamientos hormonales) ha fallado o
cuando las pacientes han rechazado el tratamiento de primera línea. Además, el médico debe
comentar con la paciente signos y síntomas como hemorragia, dolor excesivo, fiebre y náuseas, que
pueden indicar posibles complicaciones de la ablación endometrial como infección, lesión térmica o
complicaciones asociadas a la perforación uterina. Estos síntomas deben comunicarse al médico
inmediatamente.
Es importante que el profesional clínico conozca el nivel de alfabetización sanitaria de sus pacientes,
término que hace referencia a su forma de asimilar información y tomar decisiones y a la probabilidad
de que la paciente siga correctamente el plan de tratamiento. Las pacientes con menorragia deben
tener acceso a información escrita sobre las causas, las investigaciones, las opciones de tratamiento y
los posibles efectos secundarios del tratamiento.
Debe haber tiempo suficiente para revisar la información, hablar sobre las opciones de tratamiento y
responder preguntas. Evitar la jerga médica, usar ilustraciones sencillas y confirmar que la paciente
comprende cómo usar el tratamiento prescrito aumenta las probabilidades de éxito del tratamiento. Si
corresponde, debe hablarse con la paciente sobre los tratamientos de primera línea para la
menorragia, como la píldora anticonceptiva oral.
También debe comunicarse a las pacientes la imposibilidad de realizar una evaluación de la cavidad
endometrial de mínimo acceso, pero adecuada, en caso de recidiva de la hemorragia uterina anómala.
Existe también el riesgo de que no se puedan evaluar adecuadamente la hiperplasia o el cáncer
endometriales en estas mujeres en el futuro.
Este dispositivo solo debe usarse en mujeres que no deseen tener (más) hijos.
Debe indicarse a las pacientes fértiles que la ablación endometrial no es una operación de
esterilización, y debe proporcionárseles un método anticonceptivo adecuado. Deben advertirse a estas
pacientes las complicaciones que pueden surgir si se quedan embarazadas.
Es habitual que se experimente flujo vaginal los primeros días posteriores a la ablación, y puede durar
hasta unas semanas. En general, el flujo puede describirse como sanguinolento durante los primeros
días, serosanguinolento a partir de una semana aproximadamente y, a partir de ahí, profuso y acuoso.
El dolor excesivo, las hemorragias intensas, el flujo maloliente y la fiebre deben comunicarse al
médico.
11