Vinimos en paz...
El primer paso de la humanidad sobre la superficie de un objeto
celeste surgió de una carrera por la victoria espacial; el alunizaje,
posible gracias al módulo lunar, fue un inmenso triunfo que convirtió
la tecnología estadounidense en un símbolo de orgullo y superación,
y un momento inolvidable para todos los seres humanos.
El audaz y ambicioso llamado a la acción de John F. Kennedy no
terminó con el éxito de la misión Apolo 11, sino que marcó el inicio
de una nueva era para la NASA y animó a toda la raza humana
a explorar lo desconocido. Hoy, el trabajo de la NASA sigue
centrándose en la innovación tecnológica y el descubrimiento,
ampliando las fronteras de la exploración humana de la Luna y
Marte, e intentando llegar más allá en busca de una respuesta a la
pregunta "¿estamos solos?".
Lo que quedó atrás
Muchas cosas se quedaron en la Luna después del aterrizaje inicial
del Eagle. Parte del cohete de ascenso que permitió a los astronautas
regresar a la Tierra, así como el reflector láser y las huellas de los dos
astronautas, aún permanecen en la Luna.
También dejaron un parche de la misión Apolo 1, una bolsa conme-
morativa con una réplica en oro de una rama de olivo como símbolo
tradicional de la paz y un disco de silicio con las declaraciones de
buena voluntad de los presidentes de los Estados Unidos Eisenhower,
Kennedy, Johnson y Nixon, así como mensajes de los líderes de
73 países de todo el mundo.
En la superficie de la Luna quedaron además varios medallones
conmemorativos en honor a los astronautas de la misión Apolo 1, que
perdieron la vida en el incendio de una plataforma de lanzamiento, y a
dos cosmonautas que también murieron en accidentes.
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