desfibrilación, confirme que el sistema de
neuroestimulación sigue funcionando.
Radioterapia. La radioterapia puede dañar los
circuitos electrónicos del sistema de
neuroestimulación implantado, aunque no se han
realizado pruebas y no existe información definitiva
sobre los efectos de la radiación. Entre las fuentes de
radioterapia se incluyen las radiografías terapéuticas,
las máquinas de cobalto y los aceleradores lineales.
Si fuera necesario administrar radioterapia, la zona
situada sobre el GII implantado deberá protegerse con
plomo. Es posible que los daños en el sistema no se
puedan detectar de inmediato.
Electrocardiogramas. Asegúrese de que el
neuroestimulador esté apagado antes de comenzar
un electrocardiograma (ECG). Si el neuroestimulador
está encendido, el registro del ECG se puede ver
afectado y generar resultados inexactos. A su vez, los
resultados de ECG inexactos pueden llevar a un
tratamiento no adecuado para el paciente.
Entornos domiciliarios y ocupacionales
Actividades del paciente y precauciones
ambientales. Los pacientes deben tener cuidado de
evitar los dispositivos que generan una IEM fuerte, ya
que pueden provocar que el sistema de
neuroestimulación se active o desactive
accidentalmente. Los pacientes también deben evitar
cualquier actividad que pudiese ser insegura si sus
síntomas regresaran de manera inesperada. Estas
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