Manual de usuario TRATAMIENTO DE AGUAS ADITRAT
2.
DESCALCIFICADOR
2.1. GENERALIDADES:
El agua, al atravesar los estratos de la tierra, se enriquece de sales minerales, las cuales constituyen su
salinidad total. La presencia de algunas de estas sales, como el calcio y el magnesio, determinan la
dureza, causa principal de las incrustaciones y de los daños en las instalaciones de agua, (válvulas de
control, válvulas de seguridad, purgadores, calderas, calentadores,...).
Es conveniente instalar un DESCALCIFICADOR, aparato que, por medio de resinas sintéticas absorbe
las sales de calcio y magnesio, eliminando de este modo la dureza en exceso.
INCRUSTACIÓN:
Las incrustaciones son otro serio problema causado por la dureza del agua. Las tuberías por las que
circula agua dura incrustante tanto fría como caliente, se van obstruyendo lentamente. Para que se
produzcan las incrustaciones no es necesario que el agua esté a temperatura elevada; puede ser
suficiente cualquier variación sobre la temperatura original del agua.
Debido al progresivo aumento de la incrustación en un calentador de agua o caldera, se va necesitando
cada vez más energía para transmitir el mismo calor, llegando a consumir sobre el 30% más que si
funcionasen con aguas blandas. Además pueden ocasionar sobrecalentamiento de material y roturas de
equipos. Todos estos problemas desaparecen con el agua blanda o descalcificada.
EL DESCALCIFICADOR:
Hay varios métodos eficaces para reducir la dureza de las aguas, siendo los más adecuados: la
desionización, la destilación, la ósmosis inversa y el intercambio iónico (descalcificación).
El descalcificador está constituido por un contenedor para las resinas o columna y otro para la sal
(necesaria para la regeneración periódica de las resinas).
Completa el conjunto, una válvula-
programador, la cual controla y efectúa los ciclos de lavado necesarios para la operatividad del aparato.
2.2. FUNCIONAMIENTO
La descalcificación del agua es debida, únicamente, a un intercambio de iones (calcio-magnesio por
sodio), producido en el momento del paso del agua a través de un lecho de resina especial. Cuando ésta
última está saturada, debe ser lavada o regenerada con sal.
Con el fin de preservar la vida de la resina, la regeneración debe realizarse siguiendo cierta pautas:
Primeramente un buen lavado para eliminar todas las impurezas que han podido depositarse sobre las
resinas. Acto seguido se procede a un lavado de la resina con la salmuera (sal disuelta en agua) y,
finalmente un buen enjuagado para eliminar todo excedente de sal.
Para facilitar todas estas fases de la regeneración es por lo que incorporamos a los equipos nuestra
3