5. Antes de encender la lámpara de mano, el operador de la misma debe contar con
una vestimenta o Equipo de Protección Personal EPP adecuados, que incluye una
más cara facial, guantes y vestimenta que le cubra toda la superficie del cuerpo.
Instrucciones
1. Extraiga la lámpara de su estuche protector, verifique si hay manchas en el tubo de
luz. Si hay alguna mancha, límpiela con alcohol.
2. Compruebe si hay animales y plantas en la habitación para garantizar la seguridad.
3. Presione el interruptor de encendido.
4. La lámpara se iluminará iniciando la desinfección.
5. Posicione la lámpara Handy UV30 a una distancia de 10cm o menos de la superficie
a desinfectar, recorra la superficie a una velocidad recomendada de 1 a 3 cm por
segundo.
Acerca de la Luz Ultravioleta De Onda Corta
La luz ultravioleta (UV) es una forma de luz invisible al ojo humano. Ocupa la porción del
espectro electromagnético situada entre los rayos X y la luz visible. El sol emite luz
ultravioleta; sin embargo, la capa de ozono terrestre absorbe gran parte de ella.
La luz ultravioleta germicida (UV-C)
Una característica única de la luz UV es que un intervalo específico de sus longitudes de
onda, el comprendido entre los 200 y los 300 nanómetros, se clasifica como germicida,
es decir, puede inactivar microorganismos como bacterias, virus y protozoos, incluyendo
las variantes del coronavirus SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), uno de los
cuales es el actual causante del COVID-19. (Ref.: Wladyslaw, 2020)
La Luz Ultravioleta de Onda Corta, conocida como UV-C, con un rango de longitud de
onda de alrededor de los 254 nanómetros puede eliminar muy rápidamente entre el
96% y el 99.99% de la contaminación en las superficies que irradia, comparado con los
métodos tradicionales de limpieza química que solo llegan a reducir la contaminación
en un 36% (Ref.: Armelino, 2020).
Cómo funciona la desinfección por UV
A diferencia de los métodos químicos de desinfección, la radiación UV proporciona una
inactivación rápida y eficiente de los microorganismos mediante un proceso físico.
Cuando las bacterias, los virus y los protozoos se exponen a las longitudes de onda
germicidas de la luz UV, se vuelven incapaces de reproducirse e infectar. El ADN y el ARN
celular absorben la energía alta asociada con la energía UV de longitud de onda corta,
principalmente a 254 nm. Esta absorción de energía UV forma nuevos enlaces entre
nucleótidos adyacentes creando dobles enlaces o dímeros. La dimerización de las
moléculas adyacentes, especialmente de las timinas, constituye el daño fotoquímico
más frecuente. La formación de numerosos dímeros de timina en el ADN de bacterias y
virus impide la replicación y la capacidad de infectar.
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