Eficacia De La Estufa - Hamco Rita 9rW Manual Del Usuario

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5. Tiro
Los gases que se forman durante la combustión, al calentarse, sufren un incremento de volumen y, por lo tanto, asumen
una densidad menor con respecto al aire circundante más frío.
Esta diferencia de temperatura entre el interior y el exterior de la chimenea determina una depresión, llamada depresión
térmica, que es mayor cuanto más alto es el conducto de humos y cuanto más alta es la temperatura.
El tiro del conducto de humos debe estar en condiciones de vencer todas las resistencias del circuito de humos de
manera tal que los humos producidos en la estufa, durante la combustión, sean aspirados y dispersos en la atmósfera
mediante el conducto de evacuación y el conducto de humos. Varios son los factores meteorológicos que influyen en el
funcionamiento del conducto de humos, tales como lluvia, niebla, nieve, altitud, pero el más importante es, sin lugar a
dudas, el viento, que tiene la capacidad de provocar, no sólo depresión térmica, sino también depresión dinámica.
La acción del viento varía según se trate de viento ascendente, horizontal o descendente.
Un viento ascendente siempre tiene como efecto aumentar la depresión y, por lo tanto, el tiro.
Un viento horizontal aumenta la depresión en caso de instalación correcta del remate de la chimenea.
Un viento descendente siempre tiene como efecto disminuir la depresión y a veces la invierte.
El exceso de tiro provoca un sobrecalentamiento de la combustión y, por lo tanto, la pérdida de eficacia de la estufa.
Parte de los gases de combustión, junto con pequeñas partículas de combustible, son aspirados en el conducto de
humos antes de ser quemados. Ello disminuye la eficacia de la estufa, aumenta el consumo de pellets y provoca la
emisión de humos contaminantes.
Simultáneamente, la alta temperatura del combustible, debida al exceso de oxígeno, desgasta la cámara de combustión
antes de tiempo.
Por el contrario, el tiro insuficiente disminuye la combustión, enfría la estufa, produce revocos de humo en el ambiente
que disminuyen la eficacia de la estufa, y provoca incrustaciones peligrosas en el conducto de humos.

6. Eficacia de la estufa

Paradójicamente, las estufas de gran eficacia pueden tornar más difícil el trabajo de la chimenea.
El buen funcionamiento de una chimenea depende del aumento de temperatura en su interior provocado por los humos
de la combustión.
Ahora bien, la eficacia de una estufa está determinada por su capacidad de transferir la mayor parte del calor producido al
ambiente a calentar. Como consecuencia de ello, a mayor eficacia de la estufa, más "fríos" son los humos residuales de
la combustión y, por lo tanto, menor el "tiro".
Una chimenea tradicional, de concepción y aislamiento aproximados, funciona mucho mejor en servicio que una pequeña
chimenea tradicional abierta o una estufa de mala calidad, en que la mayor parte del calor se pierde con los humos.
Por lo tanto, adquirir una estufa de calidad a menudo significa deber intervenir en el conducto de humos, incluso si ya
existía y funcionaba con instalaciones anteriores, para aislarlo mejor.
Si la estufa no calienta o hace humo, siempre se debe a un tiro defectuoso.
Un error común es conectar el tubo de la estufa a una chimenea existente, dejando que esta siga en servicio de la
instalación anterior. De esta manera, dos instalaciones con combustible sólido están unidas por el mismo conducto de
humos, lo cual es incorrecto y peligroso.
Si se usan las dos instalaciones al mismo tiempo, la carga total de humos puede ser excesiva para la sección existente
de la chimenea, lo que provoca revocos de humo. Si se usa una sola estufa, el calor de los humos sí provoca el tiro de la
chimenea, el cual, sin embargo, aspirará aire frío también por la apertura de la instalación apagada, lo que vuelve a enfriar
los humos y bloquea el tiro.
Por último, si ambas instalaciones son ubicadas
en distintos niveles, además de los problemas
expuestos, se puede interferir con el mismo principio
de los vasos comunicantes, lo que provoca una
evolución de los humos de combustión irregular e
imprevisible.

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