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6.3. Principio de Combustión
La estufa está diseñada para ser un dispositivo de combustión lenta. Con la máxima
carga de leña y una llama suave, calentará con la máxima eficiencia durante varias
horas. La estufa puede arder muy lentamente con una llama baja durante algunas. Sin
embargo, no recomendamos este procedimiento porque la combustión incompleta
genera humo que, al condensarse, deposita alquitrán en la estufa, la chimenea y el
panel de vidrio. La acumulación de alquitrán resulta antiestética y también requiere
una limpieza más frecuente de la chimenea para evitar posibles incendios en la misma.
Si se utiliza madera húmeda o verde, el control de la combustión debe dejarse siempre
más abierto para garantizar una combustión correcta.
Calefacción radiante
Lo emiten las brasas, la chapa de acero y las placas de vermiculita de la parte trasera
de la estufa. La calefacción radiante también se transmite a través del vidrio a la
habitación y calienta el área frente a la estufa.
Calefacción por convección
El aire frío pasa por el cárter desde la base, recorriendo la parte trasera y superior del
equipo, expulsando el aire caliente por la parte delantera del equipo.
Este aire caliente por convección llega a los rincones más alejados de la habitación.
La entrada de aire debe ser regulada para conseguir una combustión lenta y duradera,
mientras la carga de leña arde.
Las cenizas de los equipos deben retirarse sólo cuando estén completamente
extinguidos para evitar accidentes.
Las primeras veces que se utiliza la estufa, la pintura se cura, lo que puede dar lugar a
la producción de humo. Si este es el caso, se recomienda abrir la habitación abriendo
las ventanas y puertas al exterior.
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