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3 Mantenimiento del congelador
3.1 Limpieza
Para mejorar el efecto de refrigeración y ahorrar energía, debe limpiar con
regularidad el polvo que se acumula detrás del congelador y en el suelo.
Revise con regularidad la junta de la puerta para asegurarse de que no
hay residuos. Limpie la junta de la puerta con un paño suave humedecido
con agua jabonosa o detergente diluido.
El interior del congelador debe limpiarse con regularidad para evitar olores.
Apague el aparato antes de limpiarlo, retire todos los alimentos, la cesta,
el recipiente, etc.
Utilice un paño suave o una esponja para limpiar el interior del
congelador, con dos cucharadas de bicarbonato de sodio y un litro de
agua tibia. Luego enjuáguelo con agua y límpielo. Tras la limpieza, abra la
puerta y deje que se seque al aire antes de encenderla.
Para zonas difíciles de limpiar del congelador (como huecos o esquinas), se recomienda
limpiarlas con regularidad con un paño suave, un cepillo suave, etc., y, cuando sea necesario,
combinarlas con algunas herramientas auxiliares (como palitos finos) para que no se acumulen
contaminantes o bacterias en estas zonas.
No use jabón, detergente, limpiador en polvo, limpiador en aerosol, etc., ya que pueden dar lugar
a olores en el interior del congelador o a la contaminación de alimentos.
Limpie las cestas con un paño suave humedecido con agua jabonosa o detergente diluido.
Séquelas con un paño suave o al aire.
Limpie la superficie exterior del congelador con un paño suave humedecido con agua jabonosa,
detergente, etc., y luego séquela.
No utilice cepillos duros, estropajos, cepillos metálicos, elementos abrasivos (como pasta de dientes),
disolventes orgánicos (como alcohol, acetona, aceite de banana, etc.), agua hirviendo, o artículos
ácidos o alcalinos que puedan dañar el interior y la superficie del congelador. El agua hirviendo y los
disolventes orgánicos como el benceno pueden deformar o dañar las piezas de plástico.
No enjuague directamente con agua u otros líquidos durante la limpieza para evitar cortocircuitos
o situaciones que puedan afectar al aislamiento eléctrico tras la inmersión.
3.2 Descongelación
El congelador debe descongelarse manualmente.
Desenchufe el congelador y abra la puerta de este. Retire los alimentos y la cesta antes de
descongelarlo. Abra el agujero de salida y el agujero de drenaje (y coloque un recipiente para el
agua en el agujero de salida). La escarcha del interior se fundirá de forma natural; seque el agua
de descongelación con un paño suave y seco. Cuando la escarcha se haya reblandecido, se
puede utilizar un rascador de hielo para acelerar el proceso de descongelación.
Antes de retirar los accesorios, retire los alimentos y póngalos en un lugar fresco al descongelarlos.
No se deben emplear otros dispositivos mecánicos ni otros medios para
acelerar el proceso, salvo los recomendados por el fabricante. No dañe el
circuito refrigerante.
3.3 Detención
Fallo de alimentación: en caso de fallo de alimentación, la comida puede conservarse durante
varias horas incluso en verano. Se recomienda reducir la frecuencia con la que se abre la puerta y
no poner alimentos frescos en el congelador.
Si no se va a utilizar durante algún tiempo: si no se ha utilizado el congelador durante mucho
tiempo, desenchúfelo para su limpieza. Deje la puerta abierta para evitar malos olores.
Traslado: No le dé la vuelta al congelador ni lo haga girar. El ángulo de porte no puede superar los
45º. No sujete la puerta ni la bisagra al mover esta unidad.
Desenchufe el congelador para descongelarlo y limpiarlo.
Una vez se ponga en marcha el congelador, se recomienda un
funcionamiento continuado. No detenga el congelador bajo ninguna
circunstancia para que no afecte a la vida útil del congelador.
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