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Las partes de acero inoxidable deben limpiarse después de utilizadas con agua y secarse con un
paño suave.
Las piezas enlozadas pueden ser lavadas con agua jabonosa y una esponja o trapo de algodón.
Las piezas cromadas se limpian con un paño humedecido con limpiador no abrasivo.
En caso de que las manchas persistan, debe usarse un detergente no abrasivo o vinagre caliente.
El cristal de la puerta de horno debe limpiarse con agua caliente y un estropajo de nylon humedecido
en un detergente común.
Debe evitarse frotar el panel de mandos, porque esto puede hacer desaparecer las inscripciones
contenidas en el mismo.
Limpieza de los quemadores
Retirar las tapas y los cuerpos de los quemadores (Fig. 5A). Limpiarlos con agua caliente y jabón
(sobre todo las ranuras) frotándolos con un cepillo o esponja no metálicos y ponerlos a funcionar
sólo cuando estén completamente secos.
Limpieza del horno
Horno con esmalte negro
Limpie los desbordes y manchas grandes con una esponja embebida en agua caliente, utilizando un
detergente líquido no agresivo. Si después de esta operación ciertas manchas no son eliminadas,
frótelas con un cepillo suave. Enjuague con agua caliente.
Horno con esmalte autolimpiante
Las paredes interiores de estos hornos poseen la propiedad de autolimpiarse a medida que se va
utilizando. Dicha propiedad se logra gracias a un esmalte especial que se ha aplicado a las mismas,
el cual ha sido elaborado para que elimine la grasitud y restos de aceite. Para que lo anterior sea
posible, y luego de cada cocción de alimentos con grasa, se debe dejar funcionando el horno en
posición media y en vacío durante aproximadamente 15 minutos.
De saber que en la siguiente cocción no se generará grasitud o salpicaduras de aceite debido al tipo
de alimento, el tiempo de cocción del mismo servirá para que el horno se autolimpie, por lo tanto, no
será necesario cumplir con el proceso mencionado anteriormente. De lo contrario debe realizarse
en cada cocción. En caso de que se produzcan grandes derrames o salpicaduras es necesario
absorberlos mediante esponja o toalla de papel antes de que el horno se enfríe totalmente,
cuidando que sea una temperatura no riesgosa para la integridad física del usuario. Luego se
deberá hacer funcionar el horno para cumplir con el proceso ya mencionado o tomar la precaución
que la próxima cocción se destine a alimentos no grasos. Si estos depósitos de grasa llegaran a
quemarse y formar cuerpo sobre el esmalte será necesario una limpieza más a fondo. Remoje las
costras o manchas algunas horas y frote con un cepillo suave y agua caliente, puede usar también
jabón neutro no abrasivo. Luego repita el proceso de autolimpiado. No utilice polvos limpiadores
abrasivos, ni estropajos o cepillos metálicos que deterioren el esmalte. Tampoco utilice sustancias
antiadherentes o limpiadores cáusticos especiales para la limpieza de hornos ya que no son
adecuadas para este tipo de esmalte.