La estufa no calienta: leña demasiado húmeda o de mala calidad, tiro de la chimenea insuficiente.
La estufa calienta demasiado: tiro excesivo de la chimenea, sustitución de las guarniciones de la puerta o del
cajón.
Parrilla inferior bloqueada: controlar que en la parrilla no haya clavos o leña encastrados.
Vidrio ennegrecido: leña demasiado húmeda o de mala calidad, escaso tiro de la chimenea, aire de combustión
insuficiente, registro cerrado demasiado pronto.
12. ANOMALÍAS Y POSIBLES SOLUCIONES
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