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"No serás un héroe hasta que
llegues a la Gran Muralla".
Aunque los viajeros extranjeros siempre se han maravillado
ante la Gran Muralla, los propios chinos no comenzaron a
apreciar la enorme estructura hasta mediados del siglo XX.
Esto se debió, en parte, al histórico costo financiero y
humano de la construcción de la muralla: se impusieron
altos impuestos para pagarla y se estima que murieron
cientos de miles de soldados, trabajadores y convictos
durante su edificación. Además, no logró detener las
invasiones para cuya contención fue construida.
Hoy, la muralla interpreta un importante papel en la
identidad nacional de China y las secciones restauradas
(en particular las cercanas a Badaling) se han convertido
en importantes destinos turísticos, recibiendo más de
10 millones de visitantes al año. La muralla fue declarada
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987
y siempre ha sido considerada una de las siete maravillas
del mundo.
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Jefe Mao
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