luz o en aguas muy turbias, gire lentamente la brújula
hacia la derecha y la izquierda, comprobando que la
aguja del norte oscile libremente, antes de confiar en el
rumbo leído.
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Mientras nada a lo largo del fondo, haga uso de
puntos fijos. Manténgase parado hasta que la aguja se
estabilice entre las marcas de la ranura (el rumbo prede-
terminado), seleccione un objeto diferenciado que esté
cerca del límite de visión en esa dirección, nade hacia él
y repita la operación tan pronto como lo alcance.
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Normalmente, un submarinista desea seguir bajo el
agua un rumbo determinado, intentando llegar a un
pecio, una roca, etc. Al sumergirse tras obtener el rumbo
en la superficie, debe tener cuidado para no alterar
accidentalmente el anillo de dirección y, para ir sobre
seguro, debe recordar en todo momento el rumbo de la
brújula.
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Evite nadar largas distancias "a ciegas". Con la práctica,
podrá nadar en línea recta sosteniendo la brújula
constantemente delante de los ojos y asegurándose de
que la línea de dirección apunte con la máxima exactitud
posible en la dirección en la que nada. Esto le resultará
más fácil si sostiene la brújula en la mano que si la lleva
en la muñeca. Siempre que sea posible, sumérjase
en línea recta hacia el fondo y utilice a continuación
la brújula para seguir puntos fijos de la forma descrita
anteriormente.
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En aguas claras, puede usar la brújula para nadar
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