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Cuando se empiece una nueva partida de combustible es conveniente controlar el
funcionamiento de la caldera.
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El combustible debe ser almacenado en un lugar seco, y se debe prestar particular
atención a la manipulación de los sacos.
Si el combustible no viniese debidamente marcado, debería exigirse el correspondiente certificado.
Ante un pellet no identificado, o que por diversas circunstancias consideremos que ha podido cambiar de
características, podemos aplicar una serie de criterios para saber si es apto o no para su utilización, para lo
cual seguiremos los siguientes consejos:
EVITAR usar pellets de dimensiones diferentes a las indicadas.
EVITAR usar pellet demasiado duro o demasiado blando.
EVITAR usar pellet que muestren gránulos de colores no propios de la madera, o excesivamente
oscuro.
EVITAR el empleo de combustible que contenga polvo de serrín mezclado, resinas o sustancias
químicas, aditivos o aglutinantes.
EVITAR usar combustible húmedo.
La elección de combustible no idóneo provoca:
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Acumulación de combustible en el quemador.
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Mala combustión.
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Ensuciamiento del brasero y los conductos de evacuación humos.
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Aumento del consumo de combustible.
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Disminución del rendimiento.
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No garantiza el normal funcionamiento de la caldera.
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Ensuciamiento del vidrio.
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Producción de gránulos inquemados.
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Necesidad de realizar más limpiezas y mantenimiento del equipo.
La presencia de humedad en el combustible aumenta el volumen de los pellets y los rompe, causando:
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Funcionamientos defectuosos del sistema de carga.
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Acumulación de combustible en el quemador.
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Mala combustión.
El empleo de combustible no conforme a las indicaciones del fabricante puede perjudicar
a la caldera y comprometer sus prestaciones, dando lugar a la invalidación de la garantía y
al fin de la responsabilidad del fabricante sobre el producto.
MN125.00
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10/2019