Maintenimiento
Importante: Todas las acciones de sustitución (sensor, filtro sinterizado y cabezal del sensor)
deben ser realizadas, por personal técnico autorizado por Prosense, ya que necesita algunos
pasos especiales, que deben realizarse en el entorno del laboratorio.
Maintenimiento Proactivo:
Todos los detectores de gas, incluidos los de gases inflamables y tóxicos, deben pasar una
prueba de funcionamiento y una calibración periódica de acuerdo con las normas industriales.
Los resultados de las pruebas y los informes de calibración deben registrarse en los libros de
mantenimiento.
Para asegurarse de que los detectores funcionan correctamente, la empresa debe preparar
procedimientos de comprobación de los detectores. Los procedimientos deben incluir
actividades de comprobación diarias, semanales y mensuales, en función de las condiciones
ambientales y del proceso. Los paneles de control, informarán de la condición de fallo, en caso
de que la salida analógica del detector, proporcione niveles de señal de 0‐2,5mA. También
informarán de un fallo en caso de que no puedan comunicarse con el detector.
Puede ser necesario realizar una prueba funcional, para asegurarse de que los detectores
responden correctamente a los gases de prueba. Si alguno de los detectores no responde a los
gases de prueba, debe ser retirado de las operaciones y enviado al servicio técnico para su
reparación. La cabeza del sensor del detector debe estar limpia y abierta a la difusión del gas
sin ningún obstáculo. El cabezal del sensor no debe lavarse con agua o gases a presión.
Vida Útil:
El sensor de gas inflamable Catalítico/Pellistor, está fabricado utilizando un pellistor, que sufre
una pérdida de sensibilidad, cuando está en presencia de venenos o inhibidores catalíticos,
por ejemplo, siliconas, sulfuros, cloro, plomo o hidrocarburos halogenados. Los pellistores,
son resistentes a los venenos, para maximizar la vida operativa del sensor. Una vida operativa
típica, sujeta a la presencia de venenos/inhibidores y a las condiciones del entorno, es de 48‐
60 meses. El sensor de gas inflamable NDIR (infrarrojo), no se ve afectado por los venenos
mencionados, por lo que tiene una vida útil más larga. Los sensores catalíticos, pueden sufrir
una degradación y acortar la vida útil, si se alimentan mientras están expuestos a
concentraciones de gas inflamable superiores al 100% de LEL, y también si se exponen a altos
niveles de H2S o siliconas.
La vida útil típica de un sensor de gas tóxico fabricado por un componente electroquímico,
depende de la aplicación, la frecuencia y la cantidad de exposición al gas. En condiciones
normales (inspecciones visuales cada 3 meses y prueba/recalibración cada 6 meses), los
detectores con sensores de oxígeno y gases tóxicos de Prosense, tienen una vida media útil
igual o superior a 24 meses. La exposición persistente a altos niveles de gas tóxico, puede
acortar la vida útil de los sensores tóxicos. Los sensores de gases tóxicos, también pueden
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PRS‐UM‐PC3‐EN‐Rev.04‐04.06.2020