La indicación de la temperatura del
■
congelador del establecimiento en
donde adquiera los alimentos deberá
señalar un valor mínimo de -18 °C.
Al hacer la compra, recuerde que
■
conviene adquirir los alimentos
congelados en el último momento.
Procure transportarlos directamente
a casa envueltos en una bolsa
isotérmica. Una vez en el hogar,
deberá colocarlos inmediatamente en
el compartimento de congelación.
Prestar atención al colocar los
alimentos
Colocar preferentemente grandes
■
cantidades de alimentos frescos en el
compartimento superior. Dado que
aquí se congelan de un modo
particularmente rápido y cuidadoso.
Colocar los alimentos
■
distribuyéndolos uniformemente
en los compartimentos o los cajones
de congelación.
Nota
Los productos congelados que ya
hubiera en el compartimento
de congelación no deberán entrar
en contacto con los alimentos frescos
que se desean congelar. En caso
necesario, recoger y apilar los
alimentos congelados en otros
cajones de congelación.
Guardar los alimentos
congelados
Cerciorarse de que el cajón de
congelación esté introducido a tope en
el aparato a fin de asegurar una
circulación impecable del aire por el
aparato.
Congelar alimentos
frescos
Si decide congelar usted mismo los
alimentos, utilice únicamente alimentos
frescos y en perfectas condiciones.
Blanquear (escaldar) las verduras antes
de su congelación a fin de que su sabor,
aroma o color no se deteriore, ni pierdan
tampoco su valor nutritivo. Las
berenjenas, los calabacines y
espárragos no hay que escaldarlos.
Más detalles sobre este método podrán
hallarse en cualquier libro o manual
de cocina que trate los aspectos de la
congelación de alimentos y en donde se
describa el método del blanqueado.
Nota
Procurar que los alimentos congelados
que ya hubiera en el congelador no
entren en contacto con los alimentos
frescos que se desean congelar.
Alimentos adecuados para
■
la congelación:
Pan y bollería, pescado y marisco,
carne, caza, aves, verduras y
hortalizas, frutas, hierbas aromáticas,
huevos sin cáscara, productos lácteos
tales como queso, mantequilla y
requesón, platos cocinados y restos
de comidas como por ejemplo sopas,
potajes, carnes o pescados
cocinados, platos de patatas,
gratinados y platos dulces.
Alimentos que no deben congelarse:
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Verduras que se consumen
normalmente crudas, como por
ejemplo lechugas o rabanitos, huevos
en su cáscara, uvas, manzanas
enteras, peras y melocotones, huevos
duros, yogur, leche agria, nata fresca
acidulada, crema fresca y mayonesa.
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