Generalidades sobre la
deshidratación
El secado y la deshidratación son los
métodos de conservación más antiguos
conocidos por el hombre.
Al eliminar el agua, se eliminan de
los alimentos el caldo de cultivo de la
fermentación y, por lo tanto, se evita la
formación de bacterias causantes de la
putrefacción y del moho. Si se utilizan y
almacenan correctamente, los productos
deshidratados pueden conservarse
durante muchos años. Debido a la
concentración de sustancias aromáticas,
los alimentos deshidratados son muy
sabrosos. Las vitaminas, los nutrientes
y los minerales no se ven afectados.
Muchos alimentos deshidratados se
pueden utilizar en numerosas recetas
después de remojarlos en agua.
Antes de la deshidratación
Lo que se debe tener en cuenta
– Utilice únicamente frutas y verduras
frescas, maduras y de alta calidad.
– Limpie las verduras y frutas tan
pronto como sea posible después de
haber sido cosechadas y prepárelas si
es necesario.
– Evite los cambios no deseados
de color y/o sabor escaldando o
sumergiendo los alimentos en
soluciones (como p. ej., jugo de
limón).
Preparación de los alimentos
– Lave bien todos los alimentos.
– Retire las áreas dañadas, así como las
pepitas o los huesos, en caso de que
haya.
– Prepare los alimentos con arreglo a
la siguiente tabla de deshidratación.
Corte los alimentos en trozos a ser
posible de igual tamaño y tenga en
cuenta que los trozos se volverán
considerablemente más pequeños
como resultado del proceso de
deshidratación.
Tabla de deshidratación
Los valores indicados en la tabla
son sólo valores orientativos.
El tiempo de deshidratación
depende del tamaño y espesor de
los trozos o rebanadas cortados.
Decida por sí mismo cómo le
gustaría disfrutar mejor de los
alimentos (véase la tabla de la
pág. 14)
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