Para ACS y calentamiento de piscinas se utilizan intercambiadores de calor con temperaturas
en primario entre 40 y 90ºC.
Para calefacción: suelo o techo radiante, fancoils o climatizadoras y radiadores que pueden
ser abastecidos por circuitos de agua con temperaturas entre 40 y 90ºC.
Para refrigeración: suelo o techo refrescante y fancoils o climatizadoras alimentados por
circuitos de agua con temperaturas entre 5 y 15ºC.
Para cualquiera de las demandas, se debe realizar una adecuada selección de la temperatura del
fluido para buscar el equilibrio entre los dos efectos que se producen al aumentar la diferencia de
temperaturas de trabajo y estos son, por un lado, que disminuyen las dimensiones y los costes de
las unidades terminales, pero, por otro, aumentan las pérdidas térmicas de la instalación. Algunos
ejemplos:
Los intercambiadores de calor de ACS y piscina son más grandes y costosos cuanto más bajas
sean las temperaturas de primario ya que requerirán caudales mayores para transferir la
misma cantidad de energía.
Los sistemas de suelo/techo radiante requieren reducir la separación de tubos a medida que
se disminuye la temperatura de alimentación lo que encarece y complica su instalación.
Los tamaños y costes de fancoils y climatizadoras para calefacción son mayores si trabajan
con fluidos a 60ºC que si los fluidos están a 80ºC ya que se requiere mayor superficie de
intercambio para transferir la misma cantidad de energía.
Los tamaños y costes de fancoils y climatizadoras para refrigeración son mayores si trabajan
con fluidos a 10ºC que si los fluidos están a 7ºC
La forma en la que estas temperaturas afectan a los generadores de calor o frío depende de la
tecnología empleada ya sean calderas, equipos frigoríficos bombas de calor, energía solar, etc.
pero normalmente disminuyen el rendimiento global.
En cualquier caso, y desde el punto de vista de la incorporación de una instalación solar y del
rendimiento global, cuanto menores sean las diferencias de las temperaturas de trabajo las
instalaciones solares serán más eficientes y menores los costes de explotación compensando los
superiores costes de inversión.
En el caso de los sistemas de calefacción, el uso de emisores de alta temperatura como radiadores
que trabajan a 80 o 90 ºC permite disminuir las dimensiones y los costes de las unidades
terminales, pero aumentan significativamente las pérdidas térmicas de la instalación. El uso de
emisores de calefacción de baja temperatura, tales como suelos radiantes o fancoils permite que
la instalación de energía solar trabaje a su máximo rendimiento, así como que la energía captada
y almacenada en invierno pueda utilizarse directamente en los sistemas de distribución.
11.1.2 Demandas de energía térmica en los edificios y su evolución temporal
La demanda de energía para climatización de un edificio y su evolución en el tiempo está
directamente relacionada con las condiciones climáticas locales y, tanto para calefacción como
para refrigeración, será fundamental la calidad térmica del edificio y sus instalaciones. Este nivel
de calidad se produce, a veces, por el resultado de aplicar las mayores exigencias de la normativa
11. SISTEMAS DE CALEFACCIÓN SOLAR
Guías IDAE
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