Labranza
Es deseable una profundidad de dos a tres pulgadas (50,8 - 76,2
mm) para realizar la labranza del terreno. El estrangulador se
debe ajustar para controlar el movimiento hacia adelante a
una velocidad de marcha a pie lenta. Con los dientes exteriores
instalados, el ancho de trabajo de la máquina es de 22 ó 24
pulgadas.
Para tareas de cultivo, el ancho se puede reducir a 13 pulgadas
retirando los dientes exteriores. Consulte la sección Ajuste.
Cuando trace las hileras de plantación, asegúrese de dejar un
ancho suficiente para el cultivo entre dichas hileras. Cuando
cultive maíz o algún cultivo similar, el control de las hileras de
plantación permitirá el cultivo transversal y prácticamente
eliminará la azada manual, Fig. 5-2.
Figura 5-2
La cultivadora tiene muchas aplicaciones además de la de
labranza y cultivo de un jardín. Una de dichas aplicaciones es la
preparación del área para la siembra. La cultivadora preparará
un lecho de siembra profundo que no tendrá puntos duros
sin labrar, permitiendo una mejor afirmación del césped para
el crecimiento. La cultivadora es muy útil para aflojar suelos
duros y prepararlos para su excavación mediante una pala.
No es necesario realizar ninguna tediosa labor manual. La
cultivadora se puede usar para mezclar abono en acopio o para
mezclarla con el suelo del jardín. Esto se debe realizar después
de haber fracturado el suelo en la totalidad de la profundidad
de trabajo. El abono se debe trabajar a una profundidad de
seis a siete pulgadas. Esto se puede realizar trabajando a lo
largo del jardín y luego haciendo varias pasadas separadas
transversales. El agregado de materia orgánica descompuesta
aumenta significativamente la fertilidad del jardín. Para una
adecuada acción de descomposición se debe aplicar fertilizante
y se debe trabajar con los materiales de mantillo. La mezcla de
hojas rotas y paja con varias pulgadas de suelo permite una
adecuada aireación del sistema de raíces de las plantas y retarda
el crecimiento de malezas.
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