CONSEJOS GENERALES PARA EL ENVASADO AL VACÍO
Seguridad en el envasado de alimentos:
¡¡ATENCIÓN!!
El envasado al vacío no sustituye a los procesos tradicionales de conservación de los alimentos
como la refrigeración o la congelación, simplemente los complementa y mejora. Cualquier
alimento perecedero envasado al vacío debe ser posteriormente refrigerado, congelado o
sometido a los mismos procesos de conservación que recibiría normalmente.
El envasado al vacío extiende el periodo normal de conservación de los alimentos al eliminar el
aire evitando su oxidación y consiguiente pérdida de valor nutricional, sabor y calidad, así como
la propagación de bacterias. Aunque normalmente aumenta entre 3 y 5 veces el periodo
normal de conservación de los alimentos, es imposible predecir con exactitud por cuánto
tiempo se mantendrán en buen estado, ya que ello depende de sus condiciones originales en el
momento del envasado. Como es lógico, la comida envasada fresca siempre durará más que la
que se ha envasado con posterioridad.
Para descongelar al natural productos envasados al vacío conviene extraer el producto de la
bolsa o abrirla para que entre aire. Tanto las bolsas como con los botes de la mayoría de los
fabricantes puede usarse también en el microondas, pero en este caso recuerde igualmente
perforar o cortar siempre una esquina de la bolsa y quitar la tapa del bote para permitir la
entrada de aire.
Consejos para la conservación de alimentos:
Los jugos de carnes y pescados pueden afectar al correcto sellado de la bolsa. Para evitarlo
conviene enfriar los alimentos previamente, dejar espacio extra en la parte superior de la bolsa
y posicionarla de modo que la parte anterior quede más elevada para que los jugos tiendan
hacia el extremo posterior.
Muchos alimentos vegetales pueden producir gas durante su proceso normal de
envejecimiento incluso después de cocinados, especialmente si no se congelan. Al igual que con
los quesos blandos, no deben envasarse al vacío alimentos como la cebolla, ajo, setas, etc. si no
han sido previamente congelados, ya que existe riesgo de proliferación de bacterias
anaeróbicas.
Al igual que con los líquidos, para el envasado de harinas o productos con partículas en
suspensión procure dejar siempre una distancia mayor entre el producto y el aparato o emplear
alguna protección adicional, como por ejemplo envolverlo en una servilleta de papel o algún
otro embalaje interior que impida que dichas partículas puedan acabar siendo succionadas por
el aparato, pues a pesar de contar con filtros de protección esté puede acabar resultando
dañado.