En las cenizas depositadas sobre los catalizadores no deben quedar mas que pequeñas brasas
combustibles. Si el aire primario es en exceso, en las cenizas se encontrarán brasas y pequeñas porciones
de carbón, la llama resultará rápida, seca, de color frío y ruidosa, el aire primario es excesivo.; hay que
disminuir el aire primario con la regulación. Si el aire primario es insuficiente la llama resultará lenta ,
pequeña, no llegará al catalizador superior y la potencia será insuficiente.
Si la llama es de color naranja oscuro el aire secundario es insuficiente; si resulta pequeña y azul el aire
secundario es demasiado.
La modulación de la llama se realiza a través del modulador del aire comburente. Con este dispositivo se
puede cerrar progresivamente la entrada del aire comburente al aumentar la temperatura de la caldera. Para
una correcta regulación del modulador verificar que a caldera fría el modulador esté separado del conducto
del aire unos 2 cm (mínimo), mientras cuando la caldera ha alcanzado casi la temperatura fijada en el
termostato de regulación la separación debe ser de unos 3-4 mm (mínimo).De esta forma la potencia
producida por la caldera se regula en función de la absorbida por la instalación.
Es conveniente que la temperatura humos esté comprendida entre los 160 y los 200° C
oportunamente el aire primario y secundario y el modulador termostático. Temperaturas inferiores podrían
crear problemas de condensación en el conducto humos. Temperaturas superiores en cambio podrían bajar
el rendimiento, sobrecalentar el motor, crear fenómenos de vibración y ruidos del mismo y a un desgaste
precoz del cojinete de soporte de la hélice. Las regulaciones deben ser realizadas por personal de los
servicios de asistencia técnica (SAT).
12.5. ADVERTENCIAS
El empleo de leña con humedad elevada (superior al 25%) y/o con cargas no proporcionadas a la necesidad
de la instalación (con consecuentes paradas prolongadas a depósito lleno) provocan una considerable
formación de condensación en el depósito mismo.
Controlar, una vez por semana, las paredes de acero del depósito de leña. Deberán estar cubiertas por una
ligera capa de alquitrán seco, de color opaco, con burbujas que tienden a romperse y separarse.
Si por el contrario el alquitrán resulta brillante, pegajoso, y si al moverlo con la espátula aparece líquido, es
indispensable utilizar leña menos húmeda y/o reducir la cantidad de leña en la carga. La condensación en el
interior del depósito leña provoca la corrosión de las paredes. Corrosión que no está cubierta por la garantía
ya que es debido a un empleo anómalo de la caldera (leña húmeda, carga excesiva, etc.)
Los humos que circulan en la caldera son ricos en vapor de agua, por efecto de la combustión y utilización
de combustible conteniendo agua. Si los humos entran en contacto con superficies relativamente frías (60°
C aprox.) , se condensa el vapor de agua, que combinándose con otros productos de la combustión da
origen a fenómenos de corrosión de las superficies metálicas. Controlar frecuentemente si aparecen señales
de condensación de los humos (líquido negruzco en el pavimento, detrás de la caldera). En ese caso deberá
utilizarse leña menos húmeda; controlar el funcionamiento de la bomba de recirculo, la temperatura de los
humos, aumentar la temperatura de ejercicio (para controlar la temperatura de ida instalar una válvula
mezcladora). La corrosión por condensación de los humos no está cubierta por la garantía porque
provocada por la humedad de la leña.
13.
MANTENIMIENTO Y LIMPIEZA
Antes de proceder a cualquier operación de mantenimiento es indispensable desconectar la
corriente eléctrica de la caldera y esperar a que se ponga a temperatura ambiente.
No vaciar nunca el agua de la instalación si no es por razones absolutamente inevitables.
Verificar periódicamente la integridad del dispositivo y/o del conducto evacuación humos.
No utilizar para la limpieza de la caldera sustancias inflamables (gasolina, alcohol, disolventes, etc.)
No dejar contenedores de materiales inflamables en el local donde esté instalada la caldera.
Una limpieza meticulosa y atenta es siempre motivo de ahorro y seguridad.
13.1. LIMPIEZA COTIDIANA
Limpiar con la escobilla entregada con la caldera, el lecho de brasas de forma que caigan a través
de las fisuras de la rejilla las cenizas acumuladas en el depósito de leña. Esta operación evitará la
obturación de las fisuras de la rejilla y por tanto el mal funcionamiento de la caldera; se evitará el
sobrecalentamiento de las barras-rejilla y el consecuente desgaste rápido.
Retirar las cenizas de la zona de los catalizadores.
13.2. LIMPIEZA SEMANAL
Limpiar completamente del depósito leña cualquier residuo de combustión.
Limpiar con la escobilla los pasajes triangulares de la zona de intercambio (puerta inferior).
regulando
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