Higiene y alergia
Los agentes que producen el polvo
en la casa son diversos: las
personas y los animales domésticos
pierden células de piel, vello y
pelo. De los hábitos de vida de los
miembros de la familia, como
labores típicas de limpieza, hábitos
de alimentación, hobbies, consumo
de tabaco, etc., se desprenden
residuos de partículas y polvo; por
las ventanas y las puertas entran
partículas y metales pesados a
través del aire, los zapatos, los
vestidos y los objetos que vienen
del exterior. Los colchones, sillones
y alfombras son lugares de
recogida y depósito de estas
sustancias, siendo en sí mismos,
además, productores de más polvo.
El polvo doméstico está
compuesto, por tanto, por
sustancias inorgánicas y orgánicas.
Las altas concentraciones de
algunas de estas sustancias,
llamadas alérgenos, pueden
producir alergias, incluso en
personas que hasta ese momento
no las habían padecido.
Por alergia se conoce la respuesta
exagerada del organismo a
sustancias ambientales que, en
otras circunstancias, serían
inocuas.
El contacto con tales sustancias
puede provocar, en el sujeto
sensibilizado, una enfermedad
alérgica (asma bronquial,
conjuntivitis alérgica, rinitis
alérgica, urticaria...).
Buena parte de estas sustancias
peligrosas son producidas por los
ácaros del polvo doméstico y
muchas personas son
extremadamente sensibles a los
alérgenos que producen estos
animalitos microscópicos.
Los ácaros del polvo pertenecen a
la familia de los arácnidos (la
misma que las arañas) y se
alimentan de células de piel
muerta y de otros materiales
orgánicos.
Quienes padecen enfermedades
alérgicas tienen, por lo general,
una predisposición hereditaria a
desarrollar una hipersensibilidad a
los alérgenos ambientales, pero
muy a menudo es el contacto
prolongado con dichas sustancias
el que desencadena la reacción.
Puesto que las personas pasan la
mayor parte del tiempo en
ambientes cerrados, la
conservación de la casa se
convierte en un componente
fundamental para el cuidado de la
propia salud.
El cuidado de la casa no significa
sólo eliminar la suciedad visible
(suciedad según el concepto
tradicional), sino también eliminar
la suciedad no visible y peligrosa
para la salud (higiene), para
conseguir una mejor calidad de
vida en el ambiente doméstico.
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