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Draco 35 Manual Del Usuario página 17

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Depósito de expansión cerrado.
El aparato debe ser conectado directamente al depósito (o grupo de depósitos) de la instalación, mediante un conducto cuyo
diámetro no sea inferior a 18 mm.
La presión máxima de trabajo del depósito no debe ser inferior a la presión de calibrado de la válvula de,seguridad, aumentada
por las sobrepresiones características de la misma válvula, teniendo en cuenta el posible desnivel entre el depósito y la válvula y
la presión generada por el funcionamiento de la bomba.
La capacidad del vaso o de los vasos de expansión es valorada en función de la capacidad de la instalación en su conjunto
según el proyecto.
Los depósitos de expansión cerrados deben ser conformes con las normas sobre aparatos a presión en lo referente a proyecto,
fabricación, evaluación de conformidad y empleo. A lo largo del conducto de conexión, que puede estar formado por tramos de la
misma instalación, no deben estar montados dispositivos de intercepción ni existir reducciones de sección.
La introducción de una válvula de intercepción de tres vías está permitida para poder conectar el depósito con la atmósfera
para operaciones de mantenimiento.
Este dispositivo debe estar protegido contra maniobras accidentales. El tubo de conexión debe estar montado de forma que no
favorezca la acumulación de incrustaciones o sedimentaciones.
En el caso de que varios generadores de calor alimenten a una sola instalación o a un solo circuito secundario, cada generador
de calor debe estar directamente conectado al depósito de expansión o al grupo de depósitos de expansión de la instalación,
calculando su dimensión de forma conjunta en función del volumen total del agua contenida en la misma instalación y en el mismo
circuito independiente.
Cuando, de forma individual, sea necesario separar los generadores de calor del depósito de expansión o del grupo de
depósitos de expansión, se podrá colocar, en el conducto de conexión entre el generador y el depósito, una válvula de tres vías de
las mismas características indicadas anteriormente que asegure, para todas sus posiciones, la conexión entre el generador con el
depósito de expansión o con la atmósfera.
Los depósitos de expansión, los conductos de conexión, los respiraderos y tubos de desagüe deben estar protegidos contra
posibles congelaciones si es necesario. El proyecto deberá concretar qué soluciones se adoptan con esta finalidad.
Dimensiones del depósito de acumulación. (según instalación)
La caldera no necesita obligatoriamente acumulación de agua para la descarga de calor. La acumulación no es necesaria
cuando el volumen solicitado es inferior a 300 litros.
Controles durante el primer encendido
Antes de conectar la caldera, realizar:
a) Una limpieza pormenorizada de todos los conductos de la instalación para eliminar los posibles residuos que puedan
afectar al funcionamiento de los distintos componentes de la instalación (bombas, válvulas, etc.).
b) Un control para comprobar que el tiro de la chimenea es el adecuado, sin estrangulamientos, y sin que en el conducto de
salida de humos converjan otros aparatos, a menos que la construcción del mismo lo prevea, de acuerdo siempre con la
normativa vigente.
Se recomienda la instalación de un regulador de tiro para limitar la aspiración de la chimenea a unos 1,5 mmH2O. De esta
forma se evitan aumentos de potencia no previstos. Sólo después de efectuar este se puede montar el racor de unión entre la
caldera y el conducto de salida de humos.
Se recomienda efectuar el control de los racores con conductos de salida de humos ya existentes.
Características del agua de alimentación.
Las características químico-físicas del agua de la instalación y del agua de reposición son muy importantes para el buen
funcionamiento y la duración de la caldera.
De los problemas causados por la mala calidad del agua de alimentación, el más frecuente es el de incrustaciones en las
superficies de intercambio térmico.
Menos frecuente pero igualmente grave es la corrosión de las superficies de todo el circuito en contacto con el agua.
Sabido es que las incrustaciones calcáreas, a causa de su baja conductividad térmica reducen sensiblemente el intercambio
térmico, incluso si su grosor es de pocos milímetros, provocando peligrosísimos calentamientos localizados. En los casos que se
citan a continuación es más que recomendable efectuar el tratamiento del agua:
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