En uso regular, después de la inspección inicial y las pruebas de funcionamiento, la silla se debe inspeccionar y
probar quincenalmente. Recomendamos inspecciones visuales en busca de signos de desgaste, daños, sujeciones
sueltas o pérdidas, y otras cuestiones de seguridad. También es necesario hacer pruebas periódicas a las funciones de
la silla. En caso de detectar una rotura, un defecto o problema operacional, la silla debe repararse, inspeccionarse y
probarse en cuanto a sus funciones antes de regresarla al servicio.
La silla debe inspeccionarse y probarse hasta después de cada uso si la silla de ruedas es utilizada por:
1)
Residentes agresivos o agitados.
2)
Residentes que tienen movimientos involuntarios.
3)
Residentes que pesan más de 220 libras.
4)
Instituciones con superficies irregulares o con pendientes.
5)
Personas no autorizadas.
No utilice ningún lubricante que contenga solventes. Los solventes pueden afectar cualquier componente de goma
en la silla. De ser necesario, es posible utilizar grasa blanca, apta para alimentos, en cualquier componente
deslizante.
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