LIMPIEZA
El andador puede limpiarse con un paño húmedo o esponja y agua caliente
con jabón. Si fuera necesario se puede utilizar un limpiador doméstico
bactericida.
Hay que vigilar que no queden restos de la limpieza en las manillas o en el
asiento (cuando esté montado) ya que podrían resultar resbaladizos al uso. No
utilizar estropajos ni utensilios abrasivos ya que podrían dañar la superficie del
andador.