Los vasos linfáticos iniciales desembocan en vasos que transportan la linfa y son
denominados pre-recolectores o post-capilares, los que son provistos de válvulas y
linfangiones (porción contráctil del vaso) que permiten el o desagüe rápido y libre de la linfa
en dirección a los vasos linfáticos grandes, impidiendo su reflujo. Cuando un linfático pre-
recolector o recolector se torna alargado por el líquido interno, la musculatura lisa de la
pared del vaso se contrae automáticamente. Además, cada segmento del vaso linfático
entre válvulas sucesivas funciona como una bomba automática distinta, bombeando los
líquidos. Además de la presión causada por la contracción intrínseca intermitente de las
paredes del canal linfático, cualquier factor externo que comprima el vaso linfático con
presión suavemente controlada también puede causar bombeo:
- Contracción de los músculos esqueléticos circundantes;
- Movimientos de las partes del cuerpo;
- Pulsación de las arterias adyacentes a los linfáticos;
- Compresión de los tejidos por objetos fuera del cuerpo.
Los pre-recolectores linfáticos transportan la linfa hasta los recolectores linfáticos y estos a
las cadenas ganglionares, donde es filtrada, siguiendo por dos vías:
- Ducto torácico: recibe la linfa proveniente de los miembros inferiores, del hemitronco
izquierdo, de la cabeza y del cuello, además del miembro superior izquierdo. Se origina en la
Cisterna del Quilo y desemboca en el sistema venoso a través del ángulo venoso yugulo-
subclavio izquierdo;
- Ducto linfático derecho: recibe la linfa proveniente del lado derecho del organismo. Está
formado por la unión de los troncos subclavio, yugular y broncomediastinal derecho.
Los dos ductos recogen la linfa recolectada y filtrada por el sistema linfático lanzándola a la
corriente sanguínea, donde se reiniciará su trayecto como plasma sanguíneo (LEDUC y
LEDUC, 2000; GUYTON y HALL, 1997).
Según Silva (2006), el sistema linfático posee como función primordial la mantención de la
homeostasia (medio adecuado, en equilibrio, para que la célula desarrolle sus actividades),
obtenida a través de la eliminación de las substancias originadas del metabolismo celular.
El drenaje linfático es una técnica que tiene el objetivo básico de drenar el exceso de fluido
acumulado en los espacios intersticiales de forma de mantener el equilibrio de las presiones
tisulares e hidrostáticas (GUIRRO y GUIRRO, 2002).
Efectos fisiológicos
Conforme a Silva (2006), el drenaje linfático presenta los efectos directos e indirectos,
citados abajo: