La responsabilidad del capitán
La función principal del capitán es hacer feliz al segundo. Con un segundo infeliz, el capitán no tendrá
compañero de viaje. Por tanto, debe alentarle con hábitos de conducción cuidadosos y metódicos. Anticipa
las maniobras, ejecutándolas con suficiente antelación. Estate alerta a las necesidades de cambio de
marcha. Una cadencia demasiado alta o demasiado baja resulta doblemente molesta para el segundo ante
la imposibilidad de ajustarla. Anticípate a los acontecimientos de la carretera o el camino, y corrige las
maniobras de dirección y frenado con suavidad.
Circula un poco más lejos de la acera o los vehículos aparcados de lo que harías con una bicicleta simple. El
segundo no quiere sentirse acorralado. Si conduces muy pegado a la derecha, es posible que tu compañero se
incline a la izquierda para intentar apartarse de la acera.
Toma las decisiones con anticipación cuando quieras realizar alguna maniobra como, por ejemplo, unirte al
tráfico para girar a la izquierda o esquivar un bache. Señaliza tus intenciones con claridad, circula en línea
recta y concluye la maniobra. Un capitán decidido conduce de forma más suave y hace más feliz al segundo.
La mayoría de los nuevos usuarios de tándem consideran agotadora la función de capitán: terminan con
dolores musculares en los hombros debido a la tensión. Esto también será algo temporal. A medida que te
acostumbras a los requisitos que se exigen para capitanear un tándem, desarrollarás un toque de agilidad.
No seas imprudente. Si el segundo está nervioso, conduce despacio. Con el tiempo, el segundo adquirirá más
confianza y querrá ir más rápido. Pero si quiere ir despacio, ¡ve despacio! Siempre debe prevalecer la voz más
conservadora. Esto sería lo justo. Recuerda que eres el chófer y no un piloto de acrobacias.
el segundo: el mejor asiento de la casa
El asiento trasero de un tándem es el asiento más divertido. Tienes a una persona delante de ti que centra
toda su atención en hacerte sentir cómodo. La vista a los lados es espectacular, igual que un viaje en tren. La
vista hacia el frente puede ser un poco sosa, pero los bolsillos del jersey del capitán es un lugar estupendo
para poner tus barritas energéticas y alguna otra golosina más hedonista.
Tienes pocas obligaciones: mantener el pedal al nivel de esfuerzo acordado. Pedalea con suavidad, de modo
que la parte superior de tu cuerpo no se mueva de un lado a otro. No desplaces bruscamente el peso de la
parte superior de tu cuerpo. (El desplazamiento del peso puede desviar inadvertidamente la bicicleta y obligar
al capitán a reñirte). Mantén la cabeza alta y disfruta del paisaje. Cuéntale al capitán lo que se está perdiendo
mientras mantiene los ojos fijos en la carretera vigilando los baches.
Muchos equipos de tándem delegan al segundo la tarea de señalizar los giros con la mano. Esto no sólo
favorece la comunicación entre el segundo y el capitán, sino que también permite a este último concentrarse
en las acciones de dirección y frenado que requiera la maniobra.
Un segundo con éxito aprende a delegar autoridad. El capitán dirige la bicicleta. El capitán decide en qué
momento pedalear y en qué momento rodar. En el momento de rodar, el capitán decide dónde se colocan los
pedales. Nunca discutas con el capitán sobre estos asuntos. Está muy ocupado haciendo que disfrutes del
paseo.
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