sonda para alimentos (o termómetro con sonda,)
(disponible en algunos modelos)
La sonda para alimentos es un termómetro que, si se introduce en la comida, permite
controlar la temperatura interna y utilizarla para establecer el final de la cocción.
En efecto, puede suceder que por la parte externa, por ejemplo, la carne parezca
perfectamente cocida pero que por la parte interna esté todavía poco hecha.
La temperatura que alcanzan los alimentos durante la cocción está íntimamente
relacionada con problemas de tipo higiénico/salutista, en efecto, las bacterias pueden
encontrarse en cualquier carne, así como también en las aves de corral, en el pescado
y en los huevos crudos.
Algunas bacterias echan a perder los alimentos, otras, como Salmonella, Campylobacter
jejuni, Listeria monocytogenes, Escherichia coli y Staphylococcus aureus, pueden
perjudicar, incluso de forma grave, la salud.
Las bacterias se multiplican muy rápidamente por encima de los 4.4º y hasta los 60ºC.
La carne triturada es especialmente delicada en este sentido.
Para evitar la multiplicación de las bacterias es necesario:
• no descongelar los alimentos a temperatura ambiente sino en el frigorífico o en el
horno con la función específica. En este último caso, cocine los alimentos justo
después;
• llene las aves de corral justo antes de comerlas; no compre aves de corral rellenas
ya envasadas y compre las aves de corral rellenas ya cocidas sólo si se las comerá
dentro de las dos horas siguientes;
• marine los alimentos en el frigorífico, no a temperatura ambiente;
• utilice una sonda para alimentos para controlar la temperatura de la carne, del
pescado y de las aves de corral si tienen un grosor de más de 5 cm, de manera que
sea posible verificar que se han alcanzado las temperaturas mínimas de cocción.
Los mayores peligros provienen de las aves de corral mal cocidas, especialmente
peligrosas por la Salmonella;
• evite interrumpir la cocción, es decir, evite cocer parcialmente, conservar y luego
acabar de cocer más tarde, es posible que de esta forma los alimentos alcancen
temperaturas "templadas" que son favorables para el crecimiento bacteriano;
• ase la carne y las aves de corral en el horno a temperaturas de por lo menos
165°C.
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