del vino y viene provocado por las bacterias inocuas acumuladas en el corcho. En caso de que el problema
sea muy molesto, no existe otra alternativa que desechar el vino de la botella en cuestión. Este problema
no debe confundirse con pequeñas partes del corcho flotando en el vino, las cuales no influyen en el sabor.
Oxidación: si el vino lleva abierto más de un día, tenderá a perder aroma y color, algo que influirá en el sabor
del vino. La única posibilidad de evitarlo consiste en consumir el vino en el momento de su apertura o utilizar
un mecanismo de envasado al vacío para extraer el oxígeno de la botella.
Si utiliza este tipo de mecanis-
mo, el vino podrá consumirse posteriormente.
Pérdida de líquido: en este caso hablamos de la pérdida de vino a partir de la evaporación o de una fuga. Al-
gunos de los indicadores de pérdida de líquido son la absorción de líquido de los corchos, los corchos presio-
nados hacia afuera o una etiqueta con manchas. Esto puede ocurrir si la botella se conserva a temperaturas
demasiado elevadas. Si la fuga todavía es fresca, el vino todavía puede consumirse. No obstante, deberá te-
ner en cuenta que al refrigerar el vino de nuevo se producirá un contracción que provocará que entre todavía
más aire en el interior de la botella y que empeore más el estado del vino.
Pequeñas burbujas en vino sin burbujas: esto no suele representar un problema relacionado con la con-
servación, sino que se trata más bien de una consecuencia de una fermentación maloláctica incompleta
antes de embotellar el vino. Un buen método para cesar la creación de burbujas es dejar respirar el vino.
Como alternativa puede utilizar un dispositivo de envasado al vacío. Transcurridos 5 minutos, las burbujas
desaparecerán.
Sedimentos: no suele suponer un problema. Tanto el vino tinto como el blanco generan sedimentos en la
botella transcurridos unos meses. Los sedimentos están compuestos de cristales de tartrato y son totalmen-
te inocuos. De hecho, este síntoma puede ser un buen indicador, pues significa que el vino no ha sido so-
metido a una filtración excesiva.
Esto también implica que los sabores y aromas se han conservado mejor.
Un método sencillo para retirar los sedimentos (si representan un problema) es colocar la botella en posición
vertical un día antes de abrirla para que los sedimentos se acumulen en el fondo de la botella.
También puede decantar el vino. Decantar la botella potencia el sabor de los vinos jóvenes y añejos, pero
especialmente el de los jóvenes. Para decantar el vino, viértalo lenta y homogéneamente en la garrafa.
Un método sencillo para retirar los sedimentos (si representan un problema) es colocar la botella en posición
vertical un día antes de abrirla para que los sedimentos se acumulen en el fondo de la botella.
También puede decantar el vino. Decantar la botella potencia el sabor de los vinos jóvenes y añejos, pero
especialmente el de los jóvenes. Para decantar el vino, viértalo lenta y homogéneamente en la garrafa.
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