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Construcción de los cáncamos
E
ntre los numerosos elementos
indispensables y de reducidas
dimensiones necesarios para el
acabado de una maqueta naval de madera,
los cáncamos no son los menos importantes.
A menudo ignorados o reproducidos fuera
de escala, se componen de un cabilla con un
pequeño ojo o anillo en la cabeza, que debe
introducirse y encolarse en la maqueta.
En los buques reales, los cáncamos tenían
múltiples funciones y se colocaban prin-
cipalmente en las cubiertas, las cofas, las
amuradas y las cureñas de cañón, destinándose
D
En este detalle de la cubierta de una maqueta
se observan diferentes cáncamos. Algunos están
destinados a levantar la tapa de la escotilla de
carga, otros a abrir las dos bocas de ventilación,
mientras que otros sirven para trincar el bote.
Con una numerosa presencia
en las maquetas navales, los
cáncamos son pequeños elementos
que todo modelista puede
confeccionar por sí mismo.
a fijar cabos, motones, obenques y aparejos.
El dibujo en el centro de la página muestra
la estructura de dos cáncamos de un buque
antiguo: el primero, muy sencillo, se compone
de un anillo de hierro y una cabilla roscada,
destinada a alojar una tuerca, con una placa
cuadrangular que sirve de base. El segundo,
lleva un anillo de mayores dimensiones para
fijar cabos, ganchos y aparejos.
En esta sección, vamos a presentar un
sistema muy sencillo para realizar cán-
camos a la misma escala que la maqueta.
MATERIAL NECESARIO
Los cáncamos de una maqueta pueden
confeccionarse con un simple alambre
de cobre, latón o hierro. Estos alambres
se encuentran disponibles con diferentes
diámetros, lo que permite escoger las medidas
que mejor se adapten a la escala de la maqueta
que se esté realizando (foto 1).
En general, un alambre de un diámetro de
0,4-0,5 mm sirve para confeccionar los
cáncamos de un buque a escala 1:80 o 1:100.
El material escogido no es determinante pues,
una vez realizado el bruñido, el resultado final
será el mismo en lo que a la estética se refiere,
ya se trate de un alambre metálico de cobre,
latón o hierro.
Para facilitar considerablemente el trabajo,
recomendamos bruñir el alambre cuando
todavía se encuentra enrollado, a fin de poder
introducir directamente una parte dentro del
bote de líquido bruñidor (foto 2).
Al término de esta operación, es necesario
enjuagar a fondo el alambre en agua y pasar
por la zona bruñida un trapo empapado en
aceite (foto 3). En ese momento, su alambre
estará listo para ser modelado.
Antes de proceder a la construcción de los
cáncamos, una precisión: para una mejor
visualización de las fotos 5 a 8, hemos
utilizado alambre sin bruñir.