Aproximación y aterrizaje:
Es importante comenzar la preparación para el aterrizaje con altura suficiente para evitar
sorpresas. Esto te dejará tiempo suficiente para observar de manera apropiada la dirección del
viento y cualquier otra aeronave que esté volando en tu proximidad y poder actuar en
consecuencia.
El Charger es muy fácil de aterrizar. El último tramo de la aproximación al aterrizaje debe
hacerse orientado al viento, es decir de manera que éste te venga de frente. Hay dos métodos
para aterrizar con un paramotor. Uno es con el motor apagado, que minimiza el riesgo de
dañar la hélice en caso de caída, y el otro es con el motor encendido.
Aterrizaje con el motor apagado
Cuando decidas aterrizar, comprueba la dirección del viento y tu altura. El siguiente paso
consiste en apagar el motor cuando estés a unos 30 metros de altura con respecto al suelo.
Planea hacia tu aterrizaje como haría con un parapente con los trimmers en la posición neutra
y los frenos arriba. Durante tu planeo final, justo antes de tocar el suelo, tienes que decelerar
la vela frenando para convertir tu exceso de velocidad en sustentación antes de que tus pies
toquen el suelo. El momento preciso y lo rápido que debas bajar los frenos dependerá de las
condiciones. Como regla general, deberás empezar a frenar cuando tus pies estén más o
menos medio metro por encima del suelo. Si aplicas demasiado freno y demasiado pronto, es
posible que la vela suba y luego se desplome de manera súbita hasta el suelo. Cuanto más
viento haya en el suelo menos habrá que frenar. Tu instructor te ayudará a comprender cómo
calcular el momento apropiado de frenar a fondo (también llamado redondeo). Todos los
pilotos deben practicar aterrizajes con el motor parado, pues algún día tu motor puede fallar
(avería, quedarse sin combustible, etc.) y saber aterrizar así será útil.
Aterrizar con el motor en marcha
Vuela hacia la zona de aterrizaje con un ángulo de planeo poco pronunciado. Antes de tocar el
suelo empieza a frenar para perder velocidad y luego, inmediatamente después de tocar el
suelo, apaga el motor. En condiciones de viento en calma, estáte preparado para dar unos
cuantos pasos corriendo al llegar al suelo. Luego, baja los frenos de manera dinámica y
repetida unas cuantas veces (como si aletearas). Esto detendrá la vela sobre tu cabeza y te
dará tiempo a que te des la vuelta y bajes la vela hasta el suelo de manera suave. No frenes a
tope antes de que estés ya en el suelo. No te gires a menos que la hélice haya dejado de
girar.
La ventaja que tiene aterrizar con el motor en marcha es que si te sale mal puedes abrir gas
para volver a volar en intentarlo de nuevo. Las desventajas son que, si tu aproximación es
demasiado rápida o te olvidas de frenar a fondo a tiempo, corres un mayor riesgo de dañar
elementos caros del equipo, como la hélice o la armadura del paramotor. Otro peligro es
caerse hacia adelante con el motor girando y que los cordinos entren en contacto con la
hélice. Asegúrate de detener el motor antes de que la vela se desinfle encima de tu cabeza
23