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Limpieza del electrodoméstico
¡ADVERTENCIA!
Antes de la limpieza, desconecte el aparato de la red eléctrica: apáguelo (véase capítulo
Apagar/Encender el electrodoméstico) y desenchufe el cable de alimentación de la toma de
corriente.
Utilice un paño suave para limpiar todas las superficies. Los limpiadores que contengan sustancias
abrasivas, ácidos o disolventes no son adecuados para la limpieza, ya que pueden dañar la
superficie.
Limpie el exterior del electrodoméstico con agua o con una solución suave de agua de lavado.
Las superficies revestidas de laca y las superficies de aluminio se pueden limpiar con agua tibia
a la que se ha añadido un detergente suave. El uso de limpiadores con bajo contenido de alcohol
está permitido (por ejemplo, limpiadores de ventanas). No utilice limpiadores que contengan
alcohol para la limpieza de materiales plásticos.
El interior del aparato se puede limpiar con agua tibia a la que se puede añadir un poco de vinagre.
No lave el equipamiento interior del electrodoméstico en el lavavajillas, ya que podría dañarlo.
La escarcha o la acumulación de hielo de 3–5 mm de espesor aumentarán el consumo de energía
(no es válido para los congeladores NO FROST). No utilice objetos afilados, disolventes o aerosoles.
La unidad del condensador montada en la pared trasera junto al compresor (disponible sólo con
algunos modelos) siempre debe mantenerse limpia, libre de polvo o depósitos resultantes del
humo o vapores de la cocina. De vez en cuando, limpie el polvo con un cepillo suave no metálico
o una aspiradora.
Después de la limpieza encienda el aparato y vuelva a guardar los alimentos.
Debajo del panel de refrigeración que enfría el interior del refrigerador
hay un conducto y una abertura por la que pasa el agua del hielo
descongelado. El conducto y la abertura no deben estar obstruidos.
Inspeccione con frecuencia y limpie si es necesario (por ejemplo,
con una pajita de plástico).
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