Qué hacer y qué no hacer
al cocinar a la barbacoa
Precaliente siempre la
barbacoa antes de cocinar.
Si las rejillas de cocción no están lo suficientemente
calientes, los alimentos se pegarán y no podrá dorar
sus piezas de carne ni disfrutar de esas atractivas
marcas de parrilla. Incluso aunque la receta indique
que debe cocinar a fuego medio o bajo, precaliente
antes la barbacoa a fuego máximo. Abra la tapa, suba
el fuego, cierre la tapa y deje que la rejilla de cocción
se caliente durante unos diez minutos o hasta que el
termómetro de la tapa indique 260 °C.
No cocine en rejillas sucias.
Cocinar alimentos en una rejilla de cocción sucia
nunca es una buena idea. Los restos de alimentos
adheridos a las rejillas son como pegamento y
acaban adhiriéndose también a los alimentos
nuevos. Si no quiere saborear la cena de ayer en
la comida de hoy, asegúrese de cocinar partiendo
de cero. Cuando las rejillas estén calientes, use
un cepillo para parrillas con cerdas de acero
inoxidable para limpiar y suavizar la superficie.
Esté presente.
Antes de encender la barbacoa, asegúrese de
tener todo lo que necesite al alcance de la mano.
No olvide sus principales utensilios de barbacoa,
los alimentos ya engrasados y sazonados, los
glaseados o salsas que quiera usar, así como
bandejas limpias para la comida cocinada. Tener
que volver a la cocina no sólo significa perderse
parte de la diversión, sino que puede ser el principio
de una comida quemada. Los chefs franceses
llaman a esto mise en place (algo así como "puesta
en escena"). Nosotros lo llamamos estar presente.
No cocine demasiados alimentos a la vez.
Poner demasiada comida en las rejillas de cocción
limita su flexibilidad. Mantenga despejada, al menos,
una cuarta parte de las rejillas de cocción, con
espacio suficiente entre los alimentos para introducir
las pinzas y moverlos con libertad. A veces, cocinar
a la barbacoa requiere tomar decisiones en pocos
segundos, y para eso es fundamental poder mover
los alimentos de una zona a otra. Ofrézcase espacio
suficiente para trabajar.
Mantenga a raya su curiosidad.
La tapa de la barbacoa no sólo sirve para protegerla
de la lluvia. También, y más importante, impide que
entre demasiado aire y que salga demasiado calor
y humo. Cuando la tapa está cerrada, las rejillas de
cocción están más calientes, los alimentos se asan
en menos tiempo, los sabores ahumados son más
intensos y se producen menos llamaradas. ¡Así que
cierre la tapa!
Dé la vuelta una sola vez.
¿Hay algo mejor que una jugosa pieza de carne
con marcas profundas y preciosos bordes
caramelizados? La clave para conseguir esos
resultados es no tocar el alimento. A veces sentimos
la tentación de darle la vuelta a los alimentos antes
de que alcancen el nivel deseado de color y sabor.
En casi todos los casos, no hace falta darle la vuelta
a los alimentos más de una vez. Si lo hace más
veces, probablemente también esté abriendo la
tapa con demasiada frecuencia, dando lugar a otros
problemas. Dé un paso atrás y confíe en el proceso.
Controle su fuego interior.
A veces, lo más importante al cocinar a la barbacoa
es saber cuándo parar. La forma más fiable de
comprobar si un alimento está hecho es consultar
el termómetro. Esta pequeña joya le permitirá
determinar el momento justo para servir.
No tenga miedo de experimentar.
En la década de 1950, cocinar a la barbacoa
significaba una única cosa: carne (y sólo carne)
carbonizada sobre una llama abierta. Los chefs
modernos no necesitan una cocina para preparar
una comida completa. Use su barbacoa para cocinar
aperitivos, guarniciones e incluso postres a la
brasa. Registre su barbacoa y reciba contenidos
especiales e ideas que seguro disfrutará poniendo
en práctica. Nos encantará acompañarle en sus
aventuras por la cocina a la barbacoa.
ESPÁTULA
Use una espátula de mango largo y
cuello arqueado (a distinta altura) que
tenga la pala más baja que el mango.
Así le resultará más fácil retirar los
alimentos de las rejillas de cocción.
MANOPLAS
DE BARBACOA
Úselas en caso de duda. Las mejores
están aisladas y protegen la
mano y el antebrazo.
TEMPORIZADOR
Evite la decepción que representa
una cena quemada usando un sencillo
temporizador. No hace falta nada
sofisticado, sólo uno que sea fiable
y fácil de usar.
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