¿Puedes ayudar al Osito Guardián a
buscar el peluche de la ratoncita?
¡Encontrado el peluche!
"¡Sí, este es mi peluche!" dice Rita muy contenta. "¡Muchas gracias, Osito Guardián! Ahora
me podré dormir muy rápidamente". La ratoncita Rita se tapa con las sábanas y se acomoda la
almohada. Después, bosteza de modo que su naricita casi toca la almohada. "Buenas noches y
dulces sueños", se despide el Osito Guardián.
La ratoncita se duerme
Rita ya se ha dormido y el Osito Guardián puede oír un leve ronquido. La luz casi se ha apagado
del todo, pero el Osito Guardián todavía ve suficientemente bien y encuentra el camino a su
casa.
Delante de la casita del Osito Guardián
La luz del farolillo parpadea débilmente. Cansado, el Osito Guardián llega a su casita. "Uy, ¡que
cansado estoy!" dice mientras bosteza y se estira. Luego echa un vistazo a su farolillo: "¡Vaya, la
luz casi se ha apagado por completo y sin luz no me puedo dormir! ¿Quién me ayudará ahora?"
El Osito Guardián mira a su alrededor.
¿Puedes ayudar al Osito Guardián
a buscar una luciérnaga?
¡Encontrada la luciérnaga!
Por la ventana entra volando una luciérnaga. Ha observado al Osito Guardián en el bosque.
"Querido Osito Guardián", le dice. "He visto como acompañabas a la cama a todos los
animalitos del bosque. Es un gesto muy bonito por tu parte. Por eso, ahora te quiero ayudar.
Vete a la cama y tápate bien. Yo me meteré en tu farolillo y brillaré hasta que te duermas". El
Osito Guardián se pone muy contento. "Muchas gracias", dice. "Si brillas para mí, seguro que
me dormiré muy rápido".
El Osito Guardián se duerme
El Osito Guardián bosteza con tanta fuerza que las cortinas se mueven. "Buenas noches y dulces
sueños", dice la luciérnaga. Y el Osito Guardián cierra sus
ojitos cansados y se duerme.
Mis primeros juegos
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