SALUD DE LA AUDICIÓN
Nuestra capacidad para oír es sorprendente. Trate a sus oídos como las
preciosas herramientas que son y seguirán proporcionándole excepcionales
datos, así como toda una vida de increíbles experiencias acústicas.
En general, no se exponga a ruidos "demasiado fuertes o durante demasiado
tiempo", y preste atención a sus propios oídos. Zumbidos, incomodidad o
sensibilidad a altas frecuencias y sonidos agudos pueden ser una señal de que
está llevando sus oídos al límite y provocándoles daños.
Por lo general, descubra cuál es su nivel de escucha favorito y después ajuste
hacia abajo el volumen otro 10% o más. Lo sorprendente es que sus oídos se
adaptarán a un volumen ligeramente inferior con el tiempo, y lo que parece
silencioso puede ser lo ideal durante períodos de escucha más largos.
Si está interesado en afinar su oído para tener un paladar sónico más
refinado, en Internet puede encontrar algunas aplicaciones y programas de
entrenamiento.
NIHL
NIHL (pérdida de audición inducida por el ruido) es una condición prevenible
provocada por una exposición tanto de una vez como prolongada a niveles de
decibelios (dB) excesivos. Este daño en las sensibles estructuras del oído
interno es irreversible y en él se pueden ver afectadas personas de todas las
edades. Se puede producir daño en una única ocasión o gradualmente con el
tiempo. Una exposición única a un sonido de "impulsos" intenso, como, por
ejemplo, una explosión, o debido a una exposición continuada a sonidos fuertes
de más de 85 decibelios puede provocar daños. Los indicadores de NIHL
incluyen pérdida de audición y acúfenos (tinnitus), un estado en el que se
percibe un constante campanilleo, zumbido o rugido. El Instituto Nacional de la
Sordera y otros Trastornos de la Comunicación (NIDCD, por sus siglas en
inglés) ofrece esta sencilla regla general: evitar la exposición a sonidos que
sean "demasiado fuertes, se produzcan demasiado cerca o durante demasiado
tiempo". Estas son algunas referencias generales a los niveles sonoros que
tienen lugar en la vida diaria: zumbido de un frigorífico (45 dB); conversación
normal (60 dB); tráfico urbano (85 dB); motocicletas (95 dB); un reproductor
MP3 a todo volumen (105 dB); sirenas (120 dB); petardos (150 dB).
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