Red Bull Racing RB7: Guía de montaje
La suspensión de la rueda delantera izquierda del Red Bull Racing RB7
de Sebastian Vettel. Puedes apreciar las horquillas superior e inferior (1 y
2), con la varilla de empuje (3) moviéndose en diagonal hacia arriba y la
barra de acoplamiento de la dirección (4) conectada verticalmente. La
disposición de la dirección de tu coche en miniatura es una réplica de
esta configuración.
PRINCIPIO DEL BRAZO DE DIRECCIÓN
Si comparas el sistema del brazo de dirección del modelo
de radiocontrol con el del coche original, comprobarás
que no hay prácticamente diferencias, aparte del
tamaño y del mecanismo de control de la dirección. En
un coche de Fórmula 1, el conductor acciona las barras
de acoplamiento cuando gira el volante, pero en un
coche de radiocontrol el encargado de esa función es la
servodirección y sus conexiones.
Comparado con otros sistemas de dirección, el sistema
del brazo de dirección tiene una clara ventaja: permite
que las dos ruedas giren en el ángulo que marca la curva
sin tener que alterar la posición del vehículo de manera
significativa. Esto no siempre ha sido así. La dirección del
primer automóvil se basaba en un mecanismo simple
de giro, en el cual las dos ruedas delanteras estaban
conectadas entre sí mediante un eje. El centro del eje
quedaba unido a un pivote, alrededor del cual este podía
girar, y originalmente estaba conectado a un timón,
como los que se usaban para mantener el rumbo en un
barco.
Incluso después de que el timón fuera reemplazado
por un volante, este mecanismo de dirección, que seguía
el principio de funcionamiento de los coches de caballos,
no era adecuado para automóviles. Mover el eje al
completo y las ruedas requería un esfuerzo considerable
por parte del conductor. Además, la parte del chasis del
puente delantero tenía que ser muy estrecha para poder
dar cabida a las ruedas y el eje si se quería que se pudiese
hacer un giro completo.
La solución, finalmente, llegó con el brazo de dirección,
gracias al cual el montaje del eje permanece fijo en su
posición en el chasis. Las ruedas se instalan en los brazos
de dirección, que se mueven a derecha o izquierda
gracias a la caja de la dirección conectada al volante, de
manera que las ruedas giran en el ángulo correcto. Como
las ruedas giran independientemente del eje, el esfuerzo
que se requiere para dirigir el vehículo es menor. Además,
los mecanismos más modernos usan una caja de cambios
servosasistida, que aún reduce más el esfuerzo de girar el
volante.
El principio de este sistema de dirección fue
desarrollado en el año 1816 por el inventor alemán
Georg Lankensberger, pero cayó en el olvido hasta
que no se necesitó un nuevo mecanismo de dirección
con la aparición del automóvil. En 1981, Carl Benz, que
desconocía el invento de Georg Lankensberger, inventó
de nuevo el principio del brazo de dirección.
ESTABILIDAD EN PISTA MEJORADA
Además de las ventajas mencionadas más arriba,
el eje principal de la dirección también mejora el
comportamiento del vehículo cuando gira. Con el eje
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