Las indicaciones relativas a la intensidad y al número de aplicaciones podrán variar por indicación del terapeuta o médico.
En concreto, la indicación de intensidad no tiene en cuenta la amplitud real de la zona que se va a tratar. Si la zona es muy extensa, la intensidad del ultrasonido podrá aumentarse
en un 20 % con respecto a lo que se indica o reducirse de igual modo si la zona es pequeña.
Del mismo modo, la velocidad del movimiento en la zona tratada deberá ser la adecuada a la sensación térmica del paciente: cuanto menor sea la velocidad del mando, mayor será
el efecto térmico. Si el paciente refiere un exceso de calor, se recomienda reducir la intensidad del ultrasonido o aumentar la velocidad de movimiento del cabezal.