Las recetas de este libro le indican cómo lograr diferentes
consistencias, aunque la fórmula es muy sencilla. Si
agrega más líquido, su puré será más ligero; y si le pone
menos líquido, el puré será más espeso. Nunca fuerce
nuevos sabores o consistencias. Deje que el bebé le
indique el camino. En general, debido a que los sabores
de los alimentos que la madre consume llegan a la leche
materna, los bebés amamantados se adaptan más rápido
a los nuevos sabores que los alimentados con fórmula. En
promedio, un sabor nuevo necesita ser introducido por lo
menos de 5 a 10 veces antes de que el bebé lo acepte. Si
un sabor es rechazado después de 3 a 5 intentos, déjelo
descansar y vuelva a intentarlo en unas semanas. Si una
comida es demasiado espesa, agregue un poco más de
líquido y pruebe una consistencia más espesa una semana
después, aproximadamente. Si siente que el bebé está
comiendo menos de lo necesario, o tiene alguna inquietud
acerca de sus hábitos de alimentación, comuníquese con su
pediatra para que le asesore.
Cada niño es diferente, sin embargo, la tabla de la
página siguiente es una excelente ayuda para comenzar
a determinar las necesidades alimenticias de su bebé
durante un día. Al principio, los purés son sólo un
complemento de la dieta de su bebé. Además de purés,
asegúrese de incluir leche materna o fórmula a la dieta.
Recuerde que jamás debe introducir más de un puré
nuevo cada cuatro días y no olvide hacer anotaciones
en su diario acerca de cada alimento. De esa forma, si
aparecen erupciones o síntomas inusuales podrá rastrear
el alimento causante.
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