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Especificaciones
2.3 Principio general de funcionamiento
La detección óptica de oxígeno se originó a partir de los trabajos de Kautsky en 1939 cuando
demostró que el oxígeno puede reducir dinámicamente la fluorescencia de un indicador
(disminuir el rendimiento cuántico). Este principio se ha aplicado en diferentes campos, como el
control de la biología acuática en aguas residuales, pruebas para el análisis de gases en
sangre y el control del cultivo celular. El método está ahora homologado por la ASTM
(American Society for Testing and Materials) para la medición de oxígeno en agua. Comparado
con la detección de oxígeno clásica que utiliza sensores electroquímicos, la tecnología de
luminiscencia ofrece varias ventajas, como la ausencia de consumo de oxígeno, la
independencia de la velocidad de flujo de la muestra, la ausencia de electrólitos y su bajo
mantenimiento.
La detección óptica de oxígeno se basa en la medición de la fluorescencia roja de un medio de
contraste/indicador iluminado con una luz azul como se observa en la
Figura
1.
Figura 1 Principio de la detección óptica de oxígeno mediante la utilización de un un medio
de contraste fluorescente
El medio de contraste fluorescente se interrumpe por la presencia de oxígeno. Puede
calcularse la concentración de oxígeno tras la medición del tiempo el tiempo de desintegración
de la intensidad fluorescente como se observa en la
Figura 2
a la izquierda. Cuanto mayor sea
la concentración de oxígeno, menor será el tiempo de desintegración. Modulando la excitación,
el tiempo de desintegración se transforma en un cambio de fase de la señal fluorescente
modulada, que es independiente de la intensidad fluorescente y así del envejecimiento
potencial
(Figura 2
a la derecha).
Figura 2 Tiempo de desintegración de la fluorescencia (izquierda) y señales moduladas (derecha)
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