PARTE III: FUNCIONAMIENTO
Funcionamiento con aceite
La temperatura de alimentación y pulverización del aceite es una variable que conviene determinar con precaución para garantizar el
correcto funcionamiento del que¬mador.
Una sonda controla la temperatura de entrada a la máquina y emite la autorización para la fase de arranque del ciclo de encendido
cuando el combusti¬ble alcanza una temperatura suficiente como para ser bombeado.
Si existe en el equipo, otra sonda más controla la temperatura en la línea de retorno del aceite a la cisterna y autoriza la fase de encen-
dido.
Conforme a las normas en vigor, el ciclo comienza con la fase de preventilación. Se inicia el ventilador y el registro de aire se abre
impulsado por el servo¬mando. El presostato de aire, al detectar una presión diferencial, garantiza que el ventilador está en funciona-
miento En caso contrario, se produce un bloqueo de seguridad.
Durante la fase de preventilación, la bomba hace circular el aceite combustible en el circuito hidráulico de la máquina. El combustible
pasa a través de un filtro antes de entrar en uno o dos rácores de precalentamiento, en función del tamaño del quemador, calentán-
dose antes de vol¬ver al bucle de alimentación.
La fase de preventilación puede por tanto darse por concluida y puede empezar la fase de encendido. El equipo mueve consecutiva-
mente el servomando hasta la posición conveniente, alimenta el transformador de encendido y la válvula que permite a la boquilla
nebulizar el aceite en la cámara de combustión, donde se mezclará con el aire comburente.
Un termorregulador PID a bordo del cuadro eléctrico garantiza que el aceite llegue a la boquilla con una temperatura que permita
encen¬der el quemador en condiciones de seguridad, realizando un seguimiento de dicha variable tanto a la entrada como a la salida
de los precalentadores eléctricos mediante dos sondas.
La chispa entre los electrodos de encendido, situados en el cabezal del quemador, debe encender la llama en un tiempo de seguridad
que no podrá supe¬rar los 5 s, tal y como contemplan las normas de referencia. La presencia de la llama se detecta por medio de una
sonda, que puede ser de ionización o por ultravioletas. En caso contrario, se produce un bloqueo de seguridad.
A partir de este momento, la detección de la llama se realizará constantemente, hasta que se apague el quemador.
Pasado el tiempo de seguridad, el equipo de control de la llama desexcita al transformador de encendido y pone el servomando en
posición de llama baja o de llama alta en función de la demanda de la instalación.
El servomando pasa por debajo del comando del modulador, si existe, o del regulador de caldera (por ejemplo, termostato de llama
alta o baja).
Por medio de un oportuno sistema cinemático, dicho actuador mueve al mismo tiempo y de forma proporcional el registro de regula-
ción del caudal de aire comburente y el regulador de presión de la línea de retorno del aceite combustible.
Al mismo tiempo, el termorregulador PID del aceite combustible mantiene constante la temperatura del fluido de la boquilla durante
toda la curva de trabajo, garantizando una nebulización óptima del mismo. Esto combinado además con una relación óptima aire/com-
bustible, permite optimizar los valores del gas de descarga y, por tanto, conseguir una combustión eficaz.
La posición del cabezal del quemador ayuda a regular la potencia suministrada.
Si la variable controlada (presión o temperatura) del fluido de caldera/generador/horno/etc. supera un valor preestablecido, se inicia la
fase de apagado de la máquina.
El equipo de control de la llama mueve el servomando a posición de llama baja (mínima potencia suministrada), ordena el cierre de las
válvulas de seguridad y, si está prevista, ordena el arranque de la fase de postventilación.
Una vez concluida esta última, el quemador se queda en suspenso (stand-by) a la espera de una nueva autorización de la secuencia
de encendido. El o los rácores de pre¬calentamiento del aceite mantienen también en esta fase una temperatura óptima para un reen-
cendido rápido de la máquina.
52