Paracaídas anti-G
Un paracaídas anti-G consiste en un pequeño paracaídas de frenado que reduce las
elevadas fuerzas G que pueden darse cuando se desciende con una barrena.
Con un paracaídas de estos, el piloto puede alcanzar una tasa descenso más alta con
menos vueltas, y permite que los descensos con barrena sean más seguros al reducir la
fuerza G. El paracaídas anti-G es sencillo y fácil de usar, y suele ir conectado a uno de los
mosquetones de la silla. Se despliega antes de iniciar la barrena y una vez terminada la
maniobra, se tira de él para recogerlo y se vuelve a guardar en la silla. Las sillas modernas
especialmente concebidas para competición, tienen un bolsillo adicional, así como una
cinta para conectar un paracaídas anti-G.
Técnica de las B3
La técnica de las B3 es una alternativa a las orejas. Es especialmente efectiva en velas de
alargamiento alto, y con ella se lo que se hace es provocar una pérdida en las puntas de la
vela. Esto reduce la superficie alar y permite descender deprisa. Para aumentar tu tasa
de caída, primero pisa un poco el acelerador (aproximadamente un 25%) y luego tira de
manera firme, progresiva y simultánea de los cordinos B exteriores de cada lado. Para
salir de la maniobra, suelta las puntas simultáneamente y de manera progresiva, y luego
deja de acelerar.
Orejas
No se recomienda hacer orejas con el Magus. La maniobra es técnicamente posible, pero
se necesita gran fuerza en los brazos para mantenerlas metidas, y además cuando están
metidas la vela pierde estructura. Es más, los finos cordinos de Aramida pueden dañar el
tejido.
Bandas B
Esta maniobra no es posible con el Magus. Para descender deprisa, haz una barrena o
emplea la técnica de las B3 como se ha descrito.
Aproximación y aterrizaje:
Para evitar situaciones delicadas en la aproximación al aterrizaje, es importante iniciar la
aproximación a una altura adecuada. Eso te dejará tiempo suficiente para observar y
ocuparte de manera adecuada de la dirección del viento y de cualquier otra vela que haya
cerca de ti.
El Magus es fácil de aterrizar. El tramo final de la aproximación de aterrizaje debe hacerse
contra el viento. Adopta una posición erguida en la silla, dejando las piernas preparadas
para tomar contacto con el suelo. Durante el planeo final, la vela debe ralentizarse
lentamente, y a cuando se esté aproximadamente a un metro del suelo, en función de las
condiciones, habrá que frenar a fondo para redondear. Si se frena demasiado y
demasiado pronto, la vela puede volver a ascender. Cuanto mayor sea la carga alar,
mayor será la velocidad con respecto al suelo. Asegúrate de aterrizar siempre contra el
viento.
Con viento nulo, estáte preparado para correr al llegar al suelo. Con viento fuerte, aplica
sólo la mínima cantidad de freno en el redondeo, la justa para minimizar tus velocidades
vertical y horizontal. Si frenas más de la cuenta con viento fuerte, la vela trepará
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