El audífono es apto para su uso en entornos de atención
sanitaria a domicilio y, debido a su portabilidad, también
es posible que se use en centros de atención sanitaria
profesionales, como en consultorios de médicos, dentistas, etc.
Un audífono no restaura una audición normal y no evita ni
mejora deficiencias auditivas debidas a problemas orgánicos.
El uso poco frecuente de un audífono impide al usuario
aprovechar al máximo los beneficios que conlleva. El uso de
un audífono es únicamente una parte de la rehabilitación
auditiva y podría ser necesaria su complementación con
entrenamiento auditivo y de lectura labial.
La realimentación, la calidad sonora deficiente, los sonidos
demasiado intensos o demasiado suaves, la adaptación
inadecuada o los problemas al masticar o tragar, pueden
resolverse o mejorarse durante el proceso de ajuste
en el procedimiento de adaptación por parte de su
audioprotesista.
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