- Encienda el collar (poniendo el collar en la posición modo 2, 3 ó 4, comprobará los avisos sonoros y
los estímulos)
- Deslizar un objeto estriado en los electrodos (ej. un cuchillo de dientes con mango aislado).
Modifique la sensibilidad de detección si es necesario.
- El collar emite avisos sonoros y la lámpara de prueba se enciende (Atención: la lámpara no se
enciende en modo 1).
ATENCIÓN: Después de 5 desencadenamientos consecutivos, el collar se pone en modo seguridad.
Durante 15 segundos se para y vuelve activarse solo.
Precauciones de empleo
- Recomendamos utilizar el collar con perros que tengan al menos 6 meses.
- Antes de colocar el collar a su perro, se recomienda consultar aun veterinario con el fin de
cerciorarse de que no haya contraindicaciones.
- El collar es estanco a la inmersión.
- Con el fin de evitar los desencadenamientos intempestivos, no es conveniente utilizar una medalla
metálica u otro collar cuando su perro lleve su collar de regulación de los ladridos.
- Si se prevé no usar el collar durante un período prolongado, debe recargar la batería por completo
regularmente (una carga completa de 12 horas cada 3 meses)
- No deje el collar al alcance de los niños.
- En ningún caso abra la caja del collar IKI PULSE, la estanqueidad a la inmersión de su producto se
verá afectada y puede causar daños en algunos de sus componentes. Además, esta manipulación
tendrá como efecto cancelar su garantía.
Mantenimiento
Evitar el uso de líquidos volátiles como disolventes o la gasolina para limpiar el aparato. Secarlo con
un paño suave seco y ligeramente humedecido con agua o un detergente neutro. La correa de nylon
puede ser lavada en la mano con agua jabonosa.
En caso de malfuncionamiento
Antes de atribuir un fallo al aparato es preciso consultar este manual para comprobar que el problema
no sea debido a una batería agotada/desgastada o a ajustes incorrectos (sensibilidad de la detección
de los ladridos, modo de funcionamiento).
En caso de cualquier inconveniente, póngase en contacto con su distribuidor. Según la magnitud del
problema, es posible que el distribuidor tenga que remitir el producto para que sea reparado y testado
en nuestra fábrica.
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