Todos los cables averiados, juntas defectuosas o discontinuidades causarán un cambio en la impedancia. Una impedancia superior a la del
cable causará una reflexión normal; una impedancia inferior a la del cable causará una reflexión inversa. Terminaciones emparejadas absorben
totalmente el impulso y por consiguiente no se producirá reflexión alguna, y el cable aparece continuo. Los cortocircuitos, o circuitos abiertos,
reflejarán toda la energía del impulso y el TDR no será capaz de 'ver' el cable más allá de este fallo.
A medida que se transmite un impulso a través de un cable, la magnitud y forma de este impulso se atenúan gradualmente debido a las
pérdidas ocurridas en el cable: la altura del impulso se reduce y se esparce más. El nivel de atenuación se determina mediante el tipo y la
condición del cable, así como mediante las conexiones incluidas en toda su longitud. El límite de capacidad de detección se determina
mediante el punto más allá del cual no se podrá detectar una reflexión. Para maximizar el alcance del instrumento, el TDR1000 incluye un
ajuste de ganancia ajustable en su entrada que permite detectar una reflexión a mayor distancia. Combinando esta ganancia variable con los
anchos de impulso en aumento gradual, el TDR1000 es capaz de detectar fallos hasta a 3 km de distancia.
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