Las dificultades en el arranque y la pérdida de potencia acompañados por un elevado consumo de combustible
pueden ser síntomas de fallos en las válvulas. Si bien estos síntomas podrían atribuirse también a un desgaste de
los segmentos, desmonte y compruebe primero las válvulas. Después del desmontaje, limpie las cabezas, las
caras y los vástagos de las válvulas con un cepillo metálico duro. Seguidamente, inspeccione la existencia de
defectos en las válvulas, como deformación de las cabezas, corrosión excesiva o deformación del extremo del
vástago. Cambie las válvulas en mal estado. En las siguientes imágenes se muestra una válvula normal y diversas
válvulas en mal estado.
Normal: Incluso después de muchas horas de
funcionamiento, si la cara y el margen se encuentran
en buen estado, se podrá reacondicionar y volver a
utilizar la válvula. Si el margen de desgaste de una
válvula es inferior a 1/32", no la siga utilizando. La
válvula de la imagen ha estado funcionando casi 1000
horas en condiciones de prueba controlada.
Mal estado: Esta válvula debería cambiarse. Obsérvese
la deformación de la cabeza. El margen está dañado y
es demasiado estrecho. Este estado podría atribuirse
un exceso de horas o a una combinación de
condiciones de funcionamiento deficientes.
Inspección y reacondicionamiento
Fugas: Un esmerilado deficiente en la cara o el
asiento de una válvula originará fugas, que provocarán
que la válvula se queme sólo por una parte.
Carbonización: La carbonización es normal en las
válvulas de admisión y no es perjudicial. Si el asiento
está en buen estado, la válvula podrá volver a utilizarse
después de limpiarla.
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