El vehículo está equipado con dispositivos de protección contra los ataques informáticos dirigidos a los sistemas electrónicos de a bordo, desarrollados de
acuerdo con las normas tecnológicas que se aplican actualmente en el sector industrial de la automoción. Estos dispositivos tienen la finalidad de minimizar el
riesgo de ataques informáticos o la instalación de virus informáticos u otro material tecnológicamente perjudicial que podrían comprometer las prestaciones
del vehículo o hacer posible la pérdida o difusión no autorizada de datos personales del comprador o usuario.
El comprador del vehículo no deberá desmontar, modificar o alterar estos dispositivos de protección contra ataques informáticos. Así pues, el fabricante
rechaza toda responsabilidad por las consecuencias negativas o los daños que se puedan ocasionar al vehículo, al comprador o al terceros a causa del
desmontaje, la modificación o la alteración, por parte del comprador o usuario del vehículo, de los dispositivos de protección contra ataques informáticos.