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APÉNDICE 1 – Principios Básicos de la Electrocirugía
En la FULGURACIÓN se mantiene el electrodo algunos milímetros (de 2 a 4) alejadas del tejido, favoreciendo la
aparición de pequeñas chispas entre él y el tejido, según representado en la Figura 12-11. Se produce el calor
tanto en las chispas como en el paso de la corriente por el tejido, sin embargo la mayor cantidad de calor se
produce por las chispas, produciendo, por lo tanto, una necrosis superficial, con excelente efecto de coagulación.
La amplitud del voltaje en circuito abierto suministrada por el generador electroquirúrgico debe ser
suficientemente alta para que el campo eléctrico creado en este área sea capaz de ionizar el aire, o mezcla de
gases que existe allí. El chisporroteo, en la forma de un cono con vértice en el electrodo, es esencial y es parte de
la técnica de la fulguración. El área de necrosis térmica es más profunda y bien localizada, debajo del electrodo.
Ningún material inflamable deberá estar próximo de este área, porque hay grande probabilidad de que el mismo
entre en ignición. Con esto se obtiene una destrucción de tejidos más profunda debajo del electrodo, que en
general posee un área mayor que la que se usa en el Corte. Habitualmente se trabaja con una esfera o la lateral
de un electrodo tipo cuchillo, cuando está en cirugía abierta.
Algunos generadores electroquirúrgicos ofrecen aún otra forma de utilización de la fulguración, llamada SPRAY,
que permite un chisporroteo más intenso, permitiendo mantener el electrodo alejado de 4 a 6 milímetros del
tejido representado en la Figura 12-12. Además de esto, el cono formado por las chispas posee una base mayor,
alcanzando un área mayor de tejido objetivo, permitiendo un barrido más rápido del área con sangrado, teniendo
como resultado una disminución del tiempo quirúrgico y menor pérdida de sangre.
El calor generado en el chisporroteo y en el tejido facilita la coagulación del tejido debajo de ella, favoreciendo el
trabajo en áreas donde hay mayor sangrado superficial debido a la presencia de gran cantidad de vasos
capilares. Para la coagulación donde hayan vasos de mayor calibre la técnica de la desecación, con el electrodo
tocando firmemente el tejido, es más ventajosa y ofrece un resultado más seguro.
La técnica de la fulguración, muy útil en grandes sangrados, permite una coagulación eficiente y rápida, con el
cirujano ejecutando pequeños desplazamientos del electrodo sobre el área que sangra. Para los sangrados
mayores o en regiones que posean gran cantidad de capilares, el uso del Coagulador en Plasma de Gas Argón es
una solución se viene imponiendo con mayor frecuencia, no sólo por la posibilidad de que coagula mejor los
pequeños vasos, sino principalmente porque disminuye la pérdida de sangre gracias a la disminución del tiempo
quirúrgico.
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Manual del Usuario
Familia SEG de Generadores Electroquirúrgicos
Figura 12.10 - Ilustración de la técnica de la DESECACIÓN
Observe que el electrodo deberá mantenerse en firme contacto con el
tejido. El tiempo de aplicación determina la profundidad y la amplitud
del área de necrosis térmica.
Figura 12.11 - Ilustración de la técnica de la FULGURACIÓN
El electrodo, de área relativamente grande, no toca el tejido. Se forma
un chisporroteo por la ionización del aire o gases existente en el área
asegurando una buena coagulación superficial en tejidos con gran
cantidad de vasos capilares. El área señalada muestra el lugar de la
necrosis térmica.
Figura 12.12 - Ilustración de la técnica del SPRAY
El electrodo, de área relativamente grande, no toca el tejido. Anote
que el área alcanzada por el chisporroteo es mayor y con menor
profundidad que la de la Fulguración, asegurando una buena
coagulación superficial. El área señalada muestra el lugar de la
necrosis térmica.
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