El motor en frío consume una cantidad des-
proporcionada de combustible. Hace falta un
recorrido de unos 4 kilómetros para que el
motor se caliente y el consumo se normalice.
Controlar la presión de los neumáticos
Asegúrese siempre de llevar los neumáticos
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a la presión adecuada
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rrar combustible. Si la presión es de medio
bar por debajo, el consumo de combustible
puede incrementarse en un 5%. Además,
una presión insuficiente en los neumáticos
hace que el desgaste de los mismos sea ma-
yor, pues aumenta la resistencia a la rodadu-
ra y el comportamiento de marcha empeora.
No conduzca todo el año con los neumáticos
de invierno, ya que esto hace que el consu-
mo de combustible aumente hasta un 10%.
Evite transportar carga innecesaria
Dado que cada kilo de peso que se transpor-
ta de más hace que el consumo de combusti-
ble aumente, se recomienda echar siempre
un vistazo al maletero para evitar la carga in-
necesaria.
Puesto que la baca incrementa la resistencia
aerodinámica del vehículo, debería desmon-
tarla cuando no la necesite. Con ello ahorra-
rá, a una velocidad de 100-120 km/h
(62-75 mph), un 12% de combustible.
Conducción
Ahorrar energía eléctrica
El motor impulsa el alternador, generando
con ello electricidad. ¡Ello implica que un au-
mento de consumo eléctrico incrementa tam-
bién el consumo de combustible! Desconecte
por este motivo aquellos dispositivos eléctri-
cos que no precise. Dispositivos que gastan
mucho son, por ejemplo, el ventilador a alta
para aho-
velocidad, la calefacción de la luneta o la ca-
lefacción de los asientos*.
Gestión de la energía
Se optimiza la capacidad de arranque
La gestión de la energía controla la distribu-
ción eléctrica de la energía con objeto de que
haya siempre energía eléctrica suficiente pa-
ra arrancar el motor.
Si un vehículo con un sistema de energía
convencional permanece parado mucho
tiempo, los dispositivos eléctricos, por ejem-
plo, del bloqueo electrónico de marcha, des-
cargan la batería. Esto puede ocasionar, en
determinadas circunstancias, una falta de
energía eléctrica para arrancar el motor.
En su vehículo, un sistema inteligente de
gestión de la energía se encarga de distribuir
la energía eléctrica. De esta forma mejora
claramente la capacidad de arranque y la vi-
da útil de la batería.
Básicamente, el sistema de gestión de la
energía se compone de una función de diag-
nóstico de la batería, de un sistema de ges-
tión de la corriente en reposo y de un siste-
ma dinámico de gestión de la energía.
Diagnóstico de la batería
El diagnóstico de la batería determina per-
manentemente el estado de la misma. Varios
sensores se encargan de determinar la ten-
sión, la corriente y la temperatura de la bate-
ría. En virtud de ello se determinan el nivel
de carga y la efectividad de la batería.
Sistema de gestión de la corriente en reposo
El sistema de gestión de la corriente en repo-
so reduce el consumo de energía durante el
tiempo en que el vehículo está parado. Con
el encendido desconectado, gestiona la ali-
mentación de energía hacia los diferentes
dispositivos eléctricos. Al hacerlo, tiene en
cuenta los datos del diagnóstico de la bate-
ría.
En función del nivel de carga de la batería,
desconecte los dispositivos eléctricos uno
tras otro para evitar que la batería se descar-
gue en demasía y mantener así la capacidad
de arranque.
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