Mantenga el parabrisas y todos los cristales del vehículo
limpios por dentro y por fuera. El deslumbramiento en la
noche empeora al haber suciedad en el cristal. Aún en el
interior del cristal puede formarse una película de polvo.
Los cristales sucios hacen que las luces deslumbren y se
reflejen más que en los cristales limpios, haciendo que las
pupilas de sus ojos se contraigan en forma repetida.
Recuerde que los faros alumbran una menor parte de la
carretera cuando se encuentra en una vuelta o curva.
Mantenga sus ojos en movimiento; de esa forma, es más
fácil ver objetos poco iluminados. Así como sus faros
deben ser revisados en forma regular para que estén
alineados correctamente, su vista también debe ser
examinada con regularidad. Algunos conductores padecen
ceguera nocturna – la incapacidad de ver cuando hay poca
luz – y ni siquiera se percatan de ello.
Conducción en lluvia o en carreteras
mojadas
La lluvia y las carreteras mojadas pueden ocasionar
problemas para los conductores. En una carretera mojada,
no puede detenerse, acelerar o dar vuelta tan bien como en
las carreteras secas, debido a que la tracción de la llanta con
la carretera es mala. Y, si a las llantas no les queda mucho
rodamiento, tendrán una tracción aún menor.
Siempre es aconsejable reducir la velocidad y tener
cuidado si empieza a llover mientras está conduciendo.
La superficie puede mojarse repentinamente cuando sus
reflejos están acostumbrados a conducir en pavimento
seco. Si su vehículo cuenta con tracción en las cuatro
ruedas, vea "Tracción en cuatro ruedas" en el índice
para ver como seleccionar la caja de transferencia.
Sección 5
5-35 . . .