Manual de instrucciones e instalación │ Pro Thermetic │ Marmita basculante PBOT-G
La válvula de seguridad representa la última garantía de seguridad de la marmita. Debe ser capaz de evitar
una sobrepresión inadmisible en el doble revestimiento de la marmita, incluso si todos los demás dispositivos
de vigilancia, control y regulación preconectados fallan.
Importante: No está permitido realizar reparaciones en una válvula de seguridad. Si existen defectos o falta
de estanqueidad, el personal técnico autorizado deberá sustituir toda la válvula de seguridad.
Si la regulación de la temperatura no funciona correctamente, desconecte de inmediato la marmita.
Asimismo, retire el fusible principal. No utilice nunca la marmita si está dañada. Póngase en contacto
con el servicio de atención al cliente.
Si va a verter aceite, grasa, agua o alimentos en la marmita precalentada, pueden producirse salpicaduras,
por lo que el usuario de la marmita debe tomar las debidas precauciones al hacerlo.
Las grasas y los aceites sobrecalentados se encienden con facilidad cuando la marmita está caliente.
Así pues, la preparación de alimentos con grasa o aceite debe realizarse siempre bajo estricta vigilancia.
Queda expresamente prohibido el uso de sustancias agresivas, tóxicas o inflamables con nuestras marmitas.
Tenga especial cuidado si el alimento forma espuma. Si la tapa se abre cuando aún queda un poco de
sobrepresión residual, el líquido puede salirse, lo que puede provocar lesiones al personal de servicio.
Hay que prestar especial atención en lo que respecta al retraso de ebullición. El retraso de ebullición es el
término para designar el fenómeno por el cual, en condiciones específicas (por ejemplo, en zonas de alta
montaña o en altipanos donde la presión atmosférica es más baja que al nivel del mar), algunos líquidos
hierven a menos de 100 °C y, por lo tanto, pueden calentarse más allá de su punto de ebullición sin que estos
hiervan. Este estado es peligroso, puesto que una pequeña y breve sacudida puede generar en muy poco
tiempo una gran burbuja de gas o vapor susceptible de explotar en el recipiente de cocción.
Nuestros aparatos son parcialmente calorífugos y presentan un buen aislamiento. Las temperaturas que se
necesitan para cocinar en los aparatos industriales hacen que determinados componentes (como las tapas,
los revestimientos, etc.) alcancen una alta temperatura durante el funcionamiento. Esto no representa un
defecto de fabricación, sino que se debe al hecho físico de que el acero fino es un buen conductor térmico.
No rocíe el aparato con un chorro de agua, con chorro a vapor ni con un limpiador a alta presión, ni tampoco
vierta agua por encima.
Este aparato no está concebido para ser utilizado por niños ni por personas que tengan mermadas sus
capacidades físicas, sensoriales o mentales o que no dispongan de suficientes conocimientos o experiencia,
a menos que estén vigilados por una persona encargada de su seguridad o hayan recibido de ésta las
instrucciones correspondientes para utilizar el aparato.
1.4.6
Tratamiento de aparatos para cocinas industriales
Los aceros finos que se utilizan para los aparatos de cocina industriales son materiales de alta calidad y totalmente acreditados.
De hecho, dada la gran cantidad de propiedades positivas que presentan, resultan ideales para el sector alimentario.
Estos aceros finos inoxidables presentan una alta resistencia a la corrosión gracias a la incorporación de una capa pasiva que
se forma cuando llega oxígeno a la superficie de metal. A tal fin basta el contacto con el oxígeno presente en el aire.
Sin embargo, si esta capa pasiva se ve alterada por una influencia mecánica, o si se destruye debido a la acción de un producto
químico que impide además la formación de una nueva capa pasiva (cierre de oxígeno), incluso un acero fino inoxidable puede
sufrir un deterioro por corrosión. Mediante tratamiento con agua que contenga oxígeno se produce una aceleración de la
formación o nueva formación de dicha pasividad. Los productos que tienen una acción reductora (debido a que consumen
oxígeno), como son las sustancias que contienen ácido clorhídrico, los cloruros, los concentrados de especias, la mostaza, la
esencia de vinagre, las pastillas de condimentos o las soluciones con sal común, pueden dañar químicamente o incluso destruir
la capa pasiva del aparato, dependiendo de la concentración y de la temperatura a la que se encuentren. Además, se puede
producir un daño provocado por oxidación externa (partículas de hierro) por la formación de elementos galvánicos y por escasez
de oxígeno (sin entrada de aire o agua con bajo contenido de oxígeno).
Por esta razón, se ha de prestar atención a los siguientes principios durante la utilización de aparatos de acero fino:
La superficie de los aparatos de acero inoxidable debe mantenerse siempre limpia y en contacto con el aire.
En los aparatos sin utilizar, deje la tapa abierta para permitir la entrada de aire. Mediante fregado, retire
regularmente las capas de cal, grasa, fécula y clara. Debajo de estas capas puede aparecer corrosión por
falta de entrada de aire. La descalcificación se puede realizar con ácido acético al 10%, ácido fosfórico al 10%
o con agentes descalcificantes disponibles en el comercio.
Las piezas fabricadas en acero inoxidable no pueden estar en contacto con ácidos, especias, sales, etc.
durante un período de tiempo prolongado. También los vapores ácidos que se forman durante la limpieza de
azulejos favorecen la corrosión. Las superficies de contacto han de ser lavadas posteriormente con agua
fresca. Esto se aplica después de su utilización, especialmente después de la cocción de patatas, preparación
de pasta, arroz etc. en agua con sal, pues los restos de agua con sal secos forman soluciones salinas muy
concentradas que pueden llegar a producir daños por corrosión. Por esta razón, hay que lavar los aparatos de
cocción inmediatamente después de su utilización con agua fresca o llenarlos de agua fría para su
enfriamiento. No es conveniente utilizar un aparato de forma exclusiva, por ejemplo, para la cocción de patatas
en agua con sal. Por el contrario, para el acero inoxidable es mejor utilizar el aparato con diferentes productos
a cocinar, como sopas con grasa o verduras ácidas (como la col fermentada).
En la medida de lo posible, evite que la superficie inoxidable sufra daños mecánicos, sobre todo si están
provocados por otros metales. Si entran en contacto acero inoxidable y hierro (lana de acero, virutas de
conducciones, agua con contenido en hierro), puede producirse corrosión.
Las zonas oxidadas recientemente pueden ser limpiadas con productos de limpieza de acción suave o con
papel de lija fino. Las zonas oxidadas de forma más intensa se pueden lavar con solución al 2-5% de ácido
oxálico. Si estos agentes de limpieza no resultaran efectivos, es necesario un tratamiento con ácido nítrico al 10%.
Debido a los riesgos derivados, este tratamiento ha de ser realizado exclusivamente por personal técnico
debidamente formado y cumpliendo las disposiciones vigentes.
Información sobre la limpieza del aparato (→consulte el capítulo 1.6.3 Limpieza de la marmita).
ES │ 01-2020
87.8021.01
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